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De la persecución al testimonio

Por Elizabeth Eaton

Desde hace muchos meses nos han estado pidiendo algún tipo de declaración sobre la persecución de los cristianos en todo el mundo. Parece ser una cuestión sin complicaciones: Los cristianos están sufriendo en Iraq y Siria, en Nigeria y Egipto. Los palestinos cristianos encuentran una presión intensa. Los cristianos de algunas partes de la India están amenazados. Algunos incluso dirían que los cristianos estadounidenses se encuentran en estado de sitio. Las atrocidades cometidas contra los cristianos por el Estado Islámico, Boko Haram, al-Shabab y otros aparecen con regularidad en las noticias. Escuchamos que en años recientes han sufrido martirio más cristianos que en los primeros tres siglos del movimiento cristiano.

Cada caso de violencia contra los cristianos es profundamente doloroso. Existen hermanos y hermanas en todo el mundo cuyas vidas forman parte de la pasión de Cristo. En algunos países están persiguiendo a algunas personas porque son cristianas. Pero esta es una cuestión compleja. ¿Están sufriendo y muriendo los cristianos como testigos de la fe? Sí. Pero en muchos lugares el conflicto interreligioso ha sido utilizado como un pretexto calculado para conseguir ventajas políticas. El discurso de religión contra religión, o de religión contra la sociedad, es una forma eficaz de generar apoyo para la causa de alguien específico. Lamentablemente, la sospecha y el miedo al «otro» conducen a la intolerancia y la discriminación.

La persecución a los cristianos no es nueva. Los mártires han existido desde los principios de la iglesia. Esteban sufrió martirio con el consentimiento de Pablo, quien fue martirizado por el imperio romano. Pablo citó los salmos, escribiendo: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» (Romanos 8:36).

La indignación es una reacción natural a las decapitaciones y las crucifixiones. El instinto de devolver el golpe es comprensible. Muchos luteranos aceptan que la fuerza letal puede ser necesaria en un mundo desolado. La venganza, sin embargo, no es una opción para un cristiano.

Elevo mis oraciones porque ninguno de ustedes sufra nunca la violencia por la fe, pero cada generación ha tenido que hacer frente a la hostilidad. El teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer escribió: «Soportar la cruz no es una tragedia, es el sufrimiento que es fruto de una alianza exclusiva con Jesucristo».

«Mártir» es una palabra griega que significa «testigo», «dar testimonio». Un testigo también puede ser un símbolo que testifique que se ha logrado una acción prometida. Cuando hablamos sobre la persecución de los cristianos, la verdadera cuestión es: «¿Cuál será nuestro testimonio?»

Esta es una historia de cómo respondieron a esa pregunta algunos luteranos de Etiopía. Sucedió en uno de nuestros sínodos compañeros. Unos musulmanes quemaron una iglesia pensando que estaban atacando a católicos romanos. Pero por error quemaron una iglesia luterana. Fueron arrestados y enviados a la cárcel. En esa región el cuidado de la higiene y alimentación de los prisioneros es responsabilidad de sus familias. Pero los miembros de la iglesia luterana pidieron a las autoridades que les permitieran cavar las letrinas de los prisioneros y alimentarlos. Ese fue su testimonio ante la persecución.

Los cristianos no son los únicos a los que se identifica y persigue por su religión. Se ha reportado que el Estado Islámico ha asesinado a más musulmanes que a miembros de cualquier otro grupo. Nuestro testimonio debe ser el de trabajadores por la paz y defensores de las minorías religiosas en nuestro país y en todo el mundo. Debemos ser los que alcemos la voz cuando se caracterice falsamente a religiones enteras por las acciones de unos extremistas. No aceptaríamos que se definiera al cristianismo por el Ku Klux Klan o el movimiento de Identidad Cristiana. No debemos definir a comunidades enteras por la distorsión de su religión.

La cruz es el símbolo visual que nos ha dado Dios de que se ha alcanzado una acción prometida. Es la señal de Dios en la arena. Es el testimonio de Dios de la verdad de que «en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencida de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor» (Romanos 8:37-39).

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Esta columna apareció por primera vez en la edición de junio de 2016 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

Eaton escribe carta a líderes de la ELCA invitándoles a que prediquen sobre raza, diversidad e inclusión

17 de junio de 2016

Estimados líderes ordenados de la ELCA:

Que la gracia y la paz sean con ustedes en el nombre de Jesucristo. Hoy nos unimos a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo para conmemorar el aniversario de los nueve mártires de Emanuel. Seguimos llorando la pérdida de esas nueve vidas preciosas, y oramos para que sus familias puedan hallar consuelo en el amor de Dios.

Durante el último año, hemos lidiado como nación, y como iglesia, con los retos de enfrentar el racismo. Juntos a través de nuestros diversos ministerios, la ELCA ha participado en oraciones llenas de lamento y ha ido en pos de actos de justicia racial y reconciliación. Estos también han sido tiempos de intensificar la colaboración con nuestros compañeros ecuménicos, entre ellos la Iglesia Episcopal Metodista Africana (AME, por sus siglas en inglés).

El Consejo de Obispos de AME emitió una poderosa declaración para marcar el aniversario de Charleston: http://disciples.org/ecumenical/statement-m-e-bishops-charleston-anniversary/

Deseo dirigir su atención a tres llamados a la acción que les invito a considerar:

  1. Llamamos a otras comuniones, en particular a nuestras comuniones predominantemente blancas, a unirse a nosotros para predicar e instruir y para condenar el racismo.
  1. El Consejo de Obispos de la Iglesia Episcopal Metodista Africana solicita que, durante el fin de semana del 24 al 26 de junio, los clérigos de todo el país busquen un intercambio de púlpito con otra iglesia o grupo religioso y prediquen sobre raza, diversidad e inclusión. Además, que organicen momentos de compañerismo e interacciones entre congregaciones locales. Este intercambio se debe llevar a cabo con una organización cristiana o interreligiosa de una raza o religión distinta. (Por favor, consideren el próximo fin de semana como el inicio de una temporada para tales intercambios, continuando durante los meses de verano).
  1. Que clérigos y organizaciones interreligiosas locales inicien diálogos con líderes políticos locales sobre cuestiones de vigilancia policiaca, educación, vivienda y otros temas donde la raza es un factor e impacta a cualquier grupo de manera negativa.

La tragedia del 17 de junio del 2015, personificó la relación compleja de nuestra iglesia con el racismo. Nuestra relación con el atacante —Dylann Roof, quien era un miembro de una congregación de la ELCA— como también con dos de las víctimas abatidas —la Reverenda Clementa Pinckney y el Reverendo Daniel Simmons, quienes eran egresados del Seminario Teológico Luterano del Sur, en Columbia, Carolina del Sur— nos recuerda tanto nuestra complicidad como nuestro llamado. Juntos confesamos que somos cautivos del pecado de racismo y, al mismo tiempo, nos regocijamos en la libertad que tenemos en Cristo Jesús, quien ha “derribado mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba” (Efesios 2:14). Que Dios nos siga guiando mientras buscamos el arrepentimiento y la renovación, la justicia racial y la reconciliación entre todos los hijos preciosos de Dios.

En Cristo,

Elizabeth A. Eaton

 

¿Qué es ser «luterano»? – por Elizabeth Eaton

Tenemos una forma particular de entender la historia de Jesús.

Durante los dos últimos años, he organizado mi trabajo alrededor de estos cuatro énfasis: somos iglesia, somos luteranos y luteranas, somos una iglesia unida y somos iglesia para bien del mundo.

Deseo dedicar un poco de tiempo a pensar con ustedes lo que significa ser luteranos en el siglo 21. ¿Qué queremos decir cuando afirmamos que somos luteranos?

Un buen lugar para comenzar quizás sea preguntar por qué es importante y útil tener una identidad luterana. Algunos dirán que las denominaciones y la lealtad a las mismas son cosas del pasado. Tienen algo de razón, especialmente si nuestra denominación se define por la etnia y la cultura, y si nuestra lealtad se dirige principalmente a la denominación y no a nuestro Señor.

Hubo una campaña durante el movimiento por expandir la iglesia en la década de 1980 para deshacerse de cualquier señal que identificara a la denominación. Se suponía que la iglesia luterana St. Paul, en su imperturbable abandono, pasaría a llamarse algo así como “The Church at Pheasant Run” (la iglesia en la senda del faisán) ¡Qué evocador! ¡Qué maravilloso! Un simple cambio de nombre mataría dos pájaros de un solo tiro: dejar de espantar a los que se oponían a las denominaciones y atraer montones de gente. No lo hizo.

En un intento por ser más atractiva, se volvió genérica. Tener una idea clara de quiénes somos y en qué creemos no es un lastre, es un activo. Si estamos bien definidos y bien diferenciados, tenemos una mayor capacidad para participar en el diálogo ecuménico e interreligioso y podemos ser una voz clara en la plaza pública.

Pero, ¿qué es ser “luterano”? Nos reímos con la cariñosa caricatura que hace el autor Garrison Keillor de los luteranos. Sí, nos describe a muchos de nosotros, pero no a todos. Nunca repudiaría la herencia occidental y del norte de Europa de miles de los nuestros. Forma parte de nuestra historia. Pero también tenemos a miles de hermanos y hermanas de origen africano, asiático, latino, nativo americano y árabe y de Medio Oriente, algunos de los cuales llevan generaciones enteras siendo luteranos.

Y la iglesia luterana está experimentando su mayor crecimiento en el “sur global” (África, América Central y Latinoamérica y la mayor parte de Asia). Hay más luteranos en Indonesia que en la ELCA. Hay más luteranos en Etiopía y Tanzania que en los EE.UU. Hay más luteranos en El Salvador, en Japón, en India, en México, en Palestina, en Jordania, en China y en Irlanda. La iglesia luterana más reciente se está formando en el país más joven del mundo. Estamos trabajando con pastores luteranos sudaneses para establecer una iglesia luterana en Sudán del Sur. Las gelatinas en polvo Jell-O no suelen aparecer en las comidas de traje de estos luteranos. El factor fundamental de ser luterano no es la etnia.

Si la cultura y la cocina no nos definen, entonces debe hacerlo nuestra teología. Los luteranos tienen una forma muy particular de entender la historia de Jesús. No es un movimiento que transita de la libertad desenfrenada a la sumisión. Es, más bien, la historia de cómo Dios nos redime del pecado, la muerte y el diablo, liberándonos de las cadenas que nos atan al pecado de manera que, liberados y vivos, podamos servir a Dios al servir a nuestro prójimo. Y no es cuestión de nuestro esfuerzo, bondad o ardua labor. Es la bondadosa voluntad de Dios para ser misericordioso.

Pruébenlo en casa: pregunten a sus familiares o amigos qué deben hacer para tener una buena relación con Dios. Después del asombro ante esta pregunta, adivino que hablarán de guardar los mandamientos, ser una mejor persona, leer más la Biblia. No. El amor de Dios en acción en el Cristo crucificado crea una buena relación. Nuestra parte es recibir este don con fe.

Esto es una inversión sorprendente de la forma en que siempre ha funcionado todo. No tenemos una relación transaccional con Dios: si hacemos esto, entonces Dios hará esto otro. Es una relación de transformación. Nosotros, que estábamos muertos en el pecado, hemos sido renovados. Somos libres de responder a ese amor profundamente vinculante. Lo que comemos, los himnos que cantamos, los chistes que contamos, nuestros países de procedencia, el color de nuestra piel, las prendas que vestimos, nada de eso nos une o nos hace luteranos. Es la gracia de Dios. Y eso es una buena nueva en cualquier idioma.

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Esta columna apareció por primera vez en la edición de octubre de 2015 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

Sin glamour, pero fundamental – por Elizabeth Eaton

Nuestra relación con el dinero es una cuestión profundamente espiritual.

Una iglesia en el Sínodo del Noreste de Ohio se describe a sí misma como una congregación del «50/50». Dona la mitad de las ofrendas recibidas. Una parte importante se destina al apoyo a la misión, pero la congregación también apoya ministerios y proyectos locales. Visité la congregación el día en que se iban a aportar ofrendas para un programa especial. Uno a uno, los congregantes con gesto serio se acercaban a colocar sus ofrendas en una cesta ante el altar.

En la parte de atrás de la congregación, me llamó la atención una niña, puede que de 5 años, sentada en el regazo de su padre. Forcejeaba y se retorcía hasta que el adulto le dio su ofrenda y la soltó. Recorrió el pasillo como un tornado, la cabeza en alto y una mirada como si hubiera ganado la lotería. Cuando regresaba a su asiento, señalé la alegría de dar representada en esta pequeña niña. Alguien de la congregación comentó: «No es su dinero». Esperé un minuto y luego dije: “No, es el dinero de su padre”.

Tenemos una relación conflictiva con el dinero. Por una parte, aseguramos que no nos puede comprar amor o felicidad, pero por la otra medimos nuestro valor y seguridad según su escala. No nos gusta hablar de dinero en la iglesia. Hace años que hablamos de sexualidad humana en esta iglesia, pero no hablamos del dinero. Es totalmente inaceptable.

Recuerdo una entrevista con un comité de vocaciones donde pedí ver los informes del tesorero. Me dijeron: “Oh no, pastora, usted preocúpese de las cuestiones espirituales y nosotros nos preocupamos de las finanzas”. Pero nuestra relación con el dinero es una cuestión profundamente espiritual. Nuestra peculiar relación con el dinero puede mantenernos en una especie de esclavitud. Jesús lo sabía cuando se encontró con un rico que aseguraba haber respetado los mandamientos desde su juventud, pero que seguía sintiendo que le faltaba algo. Cuando Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía, que lo diera a los pobres y le siguiera, «el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía muchas riquezas» (Marcos 10:17-22). Tenía muchas posesiones. Era esclavo de sus posesiones.

Dar es una disciplina espiritual. Es la forma que tenemos de aprender a vivir por la fe. Es una forma de participar de la generosidad y abundancia de Dios. Es una forma de ir más allá de nosotros mismos. Es también una forma de conectarnos los unos a los otros. En respuesta a la gracia y amor pródigo de Dios, expresado en la crucifixión y resurrección de Jesús, nuestros donativos son un acto comunal. Dar es tan espiritual como la adoración. Forma parte de nuestra vida unidos. No estoy hablando de los donativos de ostentación y publicidad de uno mismo contra los que advierte Jesús en Mateo 6:2-4, sino de la ofrenda intencional y, en su caso, extravagante de la viuda en el templo (Marcos 12:41-44). El suyo fue un acto público de fe y participación en la vida corporativa de la comunidad.

¿Con qué frecuencia habla su congregación del dinero? ¿En la campaña anual de mayordomía en el otoño? ¿En los foros de adultos? ¿Alguna vez? ¿Cuenta su congregación con educación para la mayordomía y con un programa anual de mayordomía? Sus obispos, el personal de su sínodo y los directores de misión evangélica están listos y dispuestos para trabajar con ustedes. Háblenles por teléfono.

Recientemente, el obispo James Hazelwood del Sínodo de Nueva Inglaterra encuestó a los miembros laicos y ordenados sobre el apoyo a la misión. Descubrió que aproximadamente el 10 por ciento sabía qué era el apoyo a la misión. Es el apoyo financiero que las congregaciones envían a los sínodos para posibilitar y promover la obra de la más amplia iglesia. Un porcentaje se envía a la organización nacional para apoyar la obra de la ELCA en nuestro país y en todo el mundo. Algunos sínodos envían hasta el 55 por ciento del apoyo a la misión recibido. Todos nuestros sínodos son generosos en sus donativos, incluso hasta el punto del sacrificio. Esta es una obra que realizamos juntos: ningún sínodo o congregación individual podría hacerlo solo. Y los sínodos también apoyan ministerios en sus territorios: seminarios, campamentos, universidades, organizaciones de ministerio social, nuevas congregaciones y mucho más.

Han cambiado los patrones para dar. Entiendo que las personas quieran dar a proyectos específicos o a causas locales. Eso está muy bien. Sigan haciéndolo. De hecho, revisen Always Being Made New: The Campaign for the ELCA (Siempre siendo renovados: la campaña de la ELCA). Pueden designar para dar a ministerios vitales que lleven en el corazón. Pero formen parte de un apoyo a la misión que significa fe, liberación y creación de conexiones. Puede que no sea glamoroso, pero hace la diferencia.

¿Con qué frecuencia habla su congregación del dinero? ¿En la campaña anual de mayordomía por el otoño? ¿En los foros de adultos? ¿De vez en cuando?

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Esta columna apareció por primera vez en la edición de julio de 2015 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

Luteranos inspirados en Días de Promoción Ecuménica de los Derechos Humanos

WASHINGTON (ELCA) — Más de 80 miembros de la Iglesia Evangélica Luterana  en América

(Haga clic para ampliar la imagen) La participante de EAD, Katy Fiedler, a la derecha, habla con Paige Herwig, asesora de la senadora federal estadounidense Amy Klobuchar (demócrata por Minnesota) sobre la necesidad de una reforma de la inmigración.

(ELCA por sus siglas en inglés) se reunieron en Washington con más de 700 personas de fe para adorar, estudiar y dialogar sobre los problemas de la migración y los refugiados en el octavo evento anual de Días de Promoción Ecuménica de los Derechos Humanos (EAD por sus siglas en inglés) para la Paz Global con Justicia, entre el 19 y el 22 de marzo.

El tema de la conferencia de este año, «Un lugar al cual llamar hogar: inmigrantes, refugiados y personas desplazadas», se enfocó en moldear las políticas estadounidenses para la inmigración y los refugiados y exploró las causas de raíz de la migración y el desplazamiento.

EAD está apoyada por 45 comuniones, sociedades religiosas y grupos. La ELCA es uno de los principales patrocinadores del evento.

«EAD me da más energía en problemas nuevos que no entendía antes o que no conocía totalmente. Tenemos que saber que sí tenemos voz y que podemos hacer la diferencia», dijo Paul Buck, participante en EAD y miembro de la Iglesia Luterana Normandale en Edina, Minnesota, una congregación de la ELCA.

Katy Fiedler, participante en EAD y miembro de la Iglesia Luterana Wooddale en St. Louis Park, Minnesota, era estudiante en Luther College en Decorah, Iowa, cuando tuvo lugar una redada de inmigración en Postville, Iowa. Conocía a muchas de las familias afectadas por la redada. Luther College es una de las 27 facultades y universidades de la ELCA. Wooddale es una congregación de la ELCA.

«Me pareció muy personal que estas personas que fueron detenidas, arrestadas y separadas de sus familias eran personas que yo conocía. Hay tantas circunstancias que traen a los inmigrantes a este país», dijo Fiedler, quien enseñaba inglés como segundo idioma en una preparatoria y trabajaba en una guardería en el área de Postville.

Fiedler asistió a EAD con amigos que participan en esfuerzos por la paz en Oriente Medio.

En EAD «tenemos la posibilidad de explorar diferentes sendas y problemas que nos parecen importantes pero que, al final, llevan a la necesidad de una reforma migratoria», explicó.

Los participantes se reunieron con sus representantes en el Congreso y el personal de éstos el 22 de marzo para hablar de las maneras de abordar preocupaciones globales como las cuestiones de la migración y los refugiados por medio de leyes o prioridades presupuestales.

«Quiero llevar la  historia de Postville (a los miembros del Congreso) y compartir cómo me influyó esa experiencia como persona… y compartir la necesidad de una reforma. Quiero trabajar por los valores de la comunidad, la nación y mi fe para mostrar que las personas sí se preocupan de que nuestra nación haga cambios», dijo Fiedler.

EAD también coincidió con una marcha por la inmigración, «Marcha por América: se necesita valor y fe para cambiar», frente al Capitolio de los EE.UU. Muchos participantes en EAD se encontraban entre las más de 200,000 personas que asistieron a la marcha el 21 de marzo.

De acuerdo con el Revdo. Jack Eggleston, director de misión evangélica, Sínodo del Sureste de Michigan de la ELCA y participante de EAD, la marcha fue uno de los momentos más memorables de EAD porque pudo estar al lado de personas que quizás sean indocumentadas, sabiendo que la reforma migratoria está afectando sus vidas.

«Podemos tener un efecto en las leyes para que las personas sean tratadas con justicia», dijo Eggleston, para agregar que tiene pensado compartir sus experiencias sobre la marcha y EAD «de vuelta a casa para que otros participen».

«Fue realmente impresionante ver a tantas personas reunidas frente al Capitolio», dijo Buck. «Hay tantos manifestándose que están aquí. Quieren formar parte de Estados Unidos y la cultura estadounidense. Están aquí en busca de una vida mejor. No son criminales».

La Oficina en Washington de la ELCA organizó una recepción abierta para miembros de la ELCA con el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, Servicios Luteranos en América y Ayuda Luterana Mundial.  Los miembros también asistieron a una comida denominacional y una presentación por parte del personal de la Oficina en Washington de la ELCA y del Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados.

Días de Promoción Ecuménica de los Derechos Humanos es un movimiento de la comunidad ecuménica cristiana. Su meta, por medio de la adoración, la reflexión teológica y las oportunidades de educación y testimonio, es fortalecer la voz cristiana de los ciudadanos movilizados a favor de la promoción alrededor de una amplia variedad de cuestiones de política nacional e internacional en Estados Unidos, de acuerdo con su sitio en internet.

Información acerca de Días de Promoción Ecuménica de los Derechos Humanos se encuentra en http://advocacydays.org en el sitio en internet.

Para información acerca de noticias, favor de comunicarse con:

Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias,  (773) 380-2956; John Brooks, director de noticias,  (773) 380-2958; o por correo electrónico a: news@elca.org

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Comité Ejecutivo de la FLM recibe con agrado declaración del Cuarteto Diplomático para la paz en Oriente Medio

GINEBRA (ELCA) — El Comité Ejecutivo de la Federación Luterana Mundial (FLM) se mostró complacido por el «lenguaje claro y firme» utilizado por representantes de la ONU, la Federación de Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea —conocidos como el Cuarteto para la paz en Oriente Medio— con el que se denuncia la nueva actividad de asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania.

En una declaración emitida en Ginebra el 20 de marzo, el Comité Ejecutivo de la FLM afirmaba que tal actividad era un «obstáculo de primera magnitud» para el avance hacia los objetivos de «una solución de dos estados, el establecimiento de un Estado palestino independiente y viable junto al Estado de Israel, paz y seguridad tanto para israelíes como para palestinos y una Jerusalén como ciudad compartida entre los dos pueblos y las tres religiones», de acuerdo con una nota de prensa dada a conocer en Lutheran World Information (LWI por sus siglas en inglés).

El Cuarteto de Paz, que se reunió en Moscú la semana pasada, emitió una declaración reafirmando sus anteriores declaraciones en las que exhortaba al gobierno de Israel a detener todas las actividades de los asentamientos en las áreas en disputa, desmantelar los puestos de avanzada levantados desde 2001 y abstenerse de realizar demoliciones y desalojos en Jerusalén Oriental, señalaba el comunicado.

El organismo rector de la FLM dijo estar de acuerdo con el llamado del Cuarteto de Paz «a congelar toda actividad de asentamientos israelíes (incluido el ‘crecimiento natural’)». Reiteró el apoyo expresado del grupo «a la solución negociada de todas las cuestiones de estatus final, el fin de la ocupación y el establecimiento de un Estado palestino en 24 meses», informó la LWI.

El Cuarteto de Paz expresó su profunda preocupación por el deterioro continuo de la situación en Gaza, incluidas las cuestiones humanitarias y de derechos humanos de la población, informaba el comunicado.

Respecto a ese tema, los líderes de la FLM dijeron: «Reiteramos nuestra preocupación especial por la creciente emigración de cristianos de la tierra donde nació Cristo. Pedimos una solidaridad internacional urgente y continua con la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa y sus iglesias hermanas en Tierra Santa, además de un mayor apoyo para sus ministerios por la educación y los servicios sociales y por la justicia, la paz y la reconciliación», de acuerdo con un informe de la LWI.

Durante muchos años, las iglesias luteranas han proporcionado servicios humanitarios al pueblo de Jerusalén y Cisjordania, sobre todo por medio del Hospital Augusta Victoria y programas relacionados, señalaba el comunicado. La FLM mantiene su compromiso de continuar con esos servicios, declaró el comité ejecutivo.

El Comité Ejecutivo de la FLM pidió «el levantamiento inmediato del bloqueo económico a la Franja de Gaza, la acción internacional urgente para aliviar el sufrimiento de su pueblo y que todas las partes se abstengan de emprender acciones violentas o provocadoras».

Los 13 miembros del comité ejecutivo se reunieron en Ginebra del 19 al 21 de marzo. El comité supervisa las funciones de la FLM entre reuniones del Consejo y funge como Junta Directiva y Comité de Personal de la FLM. El Revdo. Mark S. Hanson, obispo presidente de la ELCA, es también presidente del comité y de la FLM.

El texto completo de la declaración del Comité Ejecutivo de la FLM está disponible en inglés en el sitio en internet: http://www.lutheranworld.org/News/LWI/EN/2507.EN.html

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Melissa Ramírez Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; o John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958, o o por correo electrónico a: news@elca.org

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Obispo presidente de la ELCA y delegación se reúnen con Arzobispo de Canterbury

(De izq. a der.) Obispo presidente de la ELCA, Revdo. Mark S. Hanson y el Arzobispo de Canterbury, Dr. Rowan D. Williams.

LONDRES (ELCA) — El Revdo. Mark S. Hanson visitó al Dr. Rowan D. Williams, Arzobispo de Canterbury, en una reunión privada de una hora sostenida el 4 de febrero en el Palacio Lambeth.  Después de la reunión, Hanson reveló que los dos hablaron de fortalecer las relaciones entre anglicanos y luteranos, de los retos que enfrenta cada líder dentro de su propia comunión, la propuesta de “Alianza Anglicana” dirigida a profundizar en las relaciones internas de la iglesia, las cuestiones ecológicas globales, las relaciones entre cristianos y musulmanes y la preocupación mutua por conflictos en lugares como Sudán y Medio Oriente.

Hanson, obispo presidente de la ELCA y presidente de la Federación Luterana Mundial (FLM) encabeza una delegación oficial de 12 líderes de la ELCA en un viaje ecuménico de dos semanas para visitar a líderes eclesiales mundiales. La FLM es una comunión global de iglesias cristianas de tradición luterana.

La reunión con Williams, líder de la Comunión Anglicana mundial, fue la primera reunión principal para la delegación de la ELCA.

Williams saludó brevemente a la delegación de la ELCA después de reunirse con Hanson.

Hanson comentó al Servicio Noticioso de la ELCA que la conversación sobre fortalecer las relaciones con la Comunión Anglicana se centraron en acuerdos existentes de comunión plena; en Canadá, Europa y Estados Unidos.  “Hablamos no sólo de cómo estos momentos de ‘recepción’ pueden fortalecer los ministerios y misión que compartimos, sino también de que pueden representar nuevas oportunidades para que nos involucremos de maneras que ni siquiera hemos imaginado todavía”, dijo Hanson.

Los dos líderes eclesiales mundiales hablaron de cómo pueden enfocarse ambas comuniones en “las cuestiones apremiantes del mundo en el que Dios nos ha dispuesto”, dijo Hanson.  Explicó que los dos estuvieron de acuerdo en que existe la urgente necesidad de que las Naciones Unidas y los gobiernos estadounidense y británico encuentren una solución al conflicto en Sudán. Los dos también hablaron del compromiso y preocupación por los cristianos palestinos, así como de su apoyo al Consejo de Instituciones Religiosas en Tierra Santa, las iglesias luterana y anglicana en esa región y el diálogo con líderes religiosos en Israel.

En una declaración oficial por escrito dirigida al arzobispo, Hanson apuntó una serie de prioridades que comparten luteranos y anglicanos, incluido el cuidado del medio ambiente, el esfuerzo para poner fin a la pobreza y las enfermedades, y la búsqueda de la paz y la justicia por medio de un mayor entendimiento interreligioso.  También indicó que luteranos y anglicanos han enfrentado la parte que les tocaba de los “retos en nuestras comuniones”.

Desde el 2000, la ELCA y la Iglesia Episcopal en Estados Unidos han compartido una relación de comunión plena donde las iglesias colaboran en un ministerio común, incluido el intercambio de clérigos para servir en las iglesias del otro, dijo Hanson.

Hanson escribió que Williams había dado el reto a los anglicanos de “abordar más seriamente las Metas de Desarrollo del Milenio (ONU) para poner fin a la pobreza y la enfermedad”. La ELCA, por medio de su estrategia contra el VIH y el SIDA y de un esfuerzo de desarrollo con otros compañeros en EE.UU. para detener la malaria, “tiene el compromiso de unirse a ustedes y hacer de éstas unas prioridades en nuestras vidas y ministerios cotidianos”, aseguró.

“Juntos lamentamos la pérdida de vidas y la destrucción que embarga al pueblo de Dios en Haití”, dijo Hanson.  “Sabemos que Dios nos llama a acompañar a quienes viven en la pobreza para que juntos podamos trabajar para eliminar la pobreza allá donde exista”, continuó.

Sin ser específico, Hanson dijo que tanto los anglicanos como los luteranos han tenido cada uno su porción de retos internos en años recientes.  Ambas iglesias han pasado por dificultades, sobre todo, con el tema de la sexualidad humana y el liderazgo profesional en la iglesia.

“Enfrentamos diferencias de entendimiento en el campo moral, ético, teológico y eclesiástico”, le dijo Hanson al arzobispo. “Mientras la Comunión Anglicana considera una alianza como forma de abordar los retos presentes y futuros, ofrecemos nuestra oración para que se preserve la unidad y para que la rica herencia de la Comunión Anglicana pueda seguir brindando un testimonio unido en todo el mundo”.

Hanson agregó que “nosotros, como luteranos, también pedimos sus oraciones pues enfrentamos estos retos en nuestra Comunión y dentro de nuestras iglesias.   Mientras continuamos con nuestros fructíferos diálogos y seguimos aprendiendo los unos de los otros, deseo que vivamos de manera más plena los acuerdos que han aceptado los luteranos y los anglicanos en años recientes”.

El texto completo de la declaración del Obispo Hanson dirigido al Arzobispo de Canterbury lo pueden localizar en inglés en el sitio en internet de la ELCA en: http://www.elca.org/bishopstatement.

Fotos del Viaje Ecuménico del 2010 se encuentran en el sitio en internet de la ELCA en: http://photos.ELCA.org/ELCA-News-Service-.

Para mayor información, favor de comunicarse con:

Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956

John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958

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