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Reflexiones sobre las elecciones recientes

La reverenda Elizabeth Eaton, obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en America comparte en este video algunas reflexiones con los miembros de la ELCA. Este es el enlace: https://youtu.be/Nw2-f82fklc

Por favor, seleccione los subtítulos en español para la versión en español.  

Eaton escribe carta a líderes de la ELCA invitándoles a que prediquen sobre raza, diversidad e inclusión

17 de junio de 2016

Estimados líderes ordenados de la ELCA:

Que la gracia y la paz sean con ustedes en el nombre de Jesucristo. Hoy nos unimos a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo para conmemorar el aniversario de los nueve mártires de Emanuel. Seguimos llorando la pérdida de esas nueve vidas preciosas, y oramos para que sus familias puedan hallar consuelo en el amor de Dios.

Durante el último año, hemos lidiado como nación, y como iglesia, con los retos de enfrentar el racismo. Juntos a través de nuestros diversos ministerios, la ELCA ha participado en oraciones llenas de lamento y ha ido en pos de actos de justicia racial y reconciliación. Estos también han sido tiempos de intensificar la colaboración con nuestros compañeros ecuménicos, entre ellos la Iglesia Episcopal Metodista Africana (AME, por sus siglas en inglés).

El Consejo de Obispos de AME emitió una poderosa declaración para marcar el aniversario de Charleston: http://disciples.org/ecumenical/statement-m-e-bishops-charleston-anniversary/

Deseo dirigir su atención a tres llamados a la acción que les invito a considerar:

  1. Llamamos a otras comuniones, en particular a nuestras comuniones predominantemente blancas, a unirse a nosotros para predicar e instruir y para condenar el racismo.
  1. El Consejo de Obispos de la Iglesia Episcopal Metodista Africana solicita que, durante el fin de semana del 24 al 26 de junio, los clérigos de todo el país busquen un intercambio de púlpito con otra iglesia o grupo religioso y prediquen sobre raza, diversidad e inclusión. Además, que organicen momentos de compañerismo e interacciones entre congregaciones locales. Este intercambio se debe llevar a cabo con una organización cristiana o interreligiosa de una raza o religión distinta. (Por favor, consideren el próximo fin de semana como el inicio de una temporada para tales intercambios, continuando durante los meses de verano).
  1. Que clérigos y organizaciones interreligiosas locales inicien diálogos con líderes políticos locales sobre cuestiones de vigilancia policiaca, educación, vivienda y otros temas donde la raza es un factor e impacta a cualquier grupo de manera negativa.

La tragedia del 17 de junio del 2015, personificó la relación compleja de nuestra iglesia con el racismo. Nuestra relación con el atacante —Dylann Roof, quien era un miembro de una congregación de la ELCA— como también con dos de las víctimas abatidas —la Reverenda Clementa Pinckney y el Reverendo Daniel Simmons, quienes eran egresados del Seminario Teológico Luterano del Sur, en Columbia, Carolina del Sur— nos recuerda tanto nuestra complicidad como nuestro llamado. Juntos confesamos que somos cautivos del pecado de racismo y, al mismo tiempo, nos regocijamos en la libertad que tenemos en Cristo Jesús, quien ha “derribado mediante su sacrificio el muro de enemistad que nos separaba” (Efesios 2:14). Que Dios nos siga guiando mientras buscamos el arrepentimiento y la renovación, la justicia racial y la reconciliación entre todos los hijos preciosos de Dios.

En Cristo,

Elizabeth A. Eaton

 

Si Dios es suficiente – por Elizabeth Eaton

Podemos liberarnos del apego a nuestros planes, voluntades y éxitos.

De vez en cuando me invitan a celebrar el aniversario de alguna congregación. Es maravilloso ver a la iglesia en acción y conocer a miembros de diferentes partes del país.

También es interesante ver la variedad de tamaños y estilos arquitectónicos de nuestros templos. Mirar las edificaciones que se agregan a las iglesias es como estudiar los anillos de crecimiento en los árboles: se pueden apreciar los periodos de crecimiento rápido y de contracción. Por lo general, la primera unidad se construyó hace uno o dos siglos, la ampliación del santuario se levantó cuando el original se quedó chico y el ala dedicado a la educación se añadió a fines de las décadas de 1950 ó 1960. He visto docenas de iglesias así y recuerdo que mi última parroquia mostraba un patrón de crecimiento similar.

Con mucha frecuencia, sin embargo, la membresía de estas congregaciones se ha reducido. Un santuario construido para acoger a 400 personas, ahora sólo recibe a 50 los domingos. Las salas dedicadas a escuela dominical y gimnasio, en las que en otro tiempo resonaban las voces de los niños, ahora se encuentran vacías o, en congregaciones más emprendedoras, han sido rentadas a grupos comunitarios y organizaciones de servicio social.

En estas congregaciones, la celebración del aniversario tiene un gusto agridulce: durante un glorioso domingo, el santuario se llena de miembros actuales y exmiembros acompañados de sus hijos y nietos; se comparten historias de la época dorada de la congregación; hay energía y entusiasmo, y luego todo el mundo se marcha a casa. Al siguiente domingo, las 50 almas afables que quedan se reunirán en un santuario cuya soledad es ahora aún más obvia.

Se oye el sonido de un lamento en muchas partes de nuestra iglesia. Las poblaciones han cambiado y las personas se han alejado. Han cambiado las actitudes sobre la religión y la iglesia tiene un estatus menor en nuestra cultura. Eso nos llena de ansiedad y, en algunos casos, de desesperación. ¿Cómo podemos detener la decadencia? ¿Dónde está la siguiente generación? ¿Qué sucedió? ¿Qué significa todo esto?

Tengo una teoría. Estamos experimentando el juicio de Dios. No como si fuera una plaga de langostas acompañada de un fuego infernal, sino como una llamada tenaz, imponente y amorosa que nos lanza Dios a todos nosotros. La iglesia no nos pertenece. La iglesia no es un vehículo para nuestra conveniencia, estatus, éxito o consuelo. La iglesia es el cuerpo vivo de Cristo, al que le ha insuflado vida el Espíritu y que está llamado a una profunda comunión con Dios. Todo lo demás es, en el mejor de los casos, complementario y, en el peor, una distracción.

Dios podría estar llamando al pueblo de Dios a examinar qué es lo que merece nuestra atención. ¿De dónde se extrae nuestra energía?

Si la respuesta a nuestras preguntas desesperadas es cualquier otra cosa que no sea el amor íntimo y completo de Dios como se demuestra en Cristo crucificado y resucitado, entonces es que nos estamos apartando de la fuente de nuestra vida como pueblo y como iglesia.

Había un artículo provocador en la edición de diciembre de 2012 de la revista Christian Century sobre la “noche oscura de la iglesia”. Los autores del artículo sugerían que lo que yo estoy llamando un tiempo de juicio es, en realidad, la acción de Dios que nos libera del apego a nuestros planes, nuestra voluntad, nuestro éxito.

Los autores preguntaban: «¿Que está volviendo a aprender la iglesia sobre sí misma en su noche oscura? La iglesia está volviendo a aprender que su esencia no se encuentra en sus programas y logros, ni en sus actividades y las alabanzas que recibe, sino en la verdad de que ‘de toda la tierra, es ella la que tiene unión con el Dios Trino’ y que Dios es suficiente. Alcanzar este conocimiento significa desconectarse de la glamorosa cultura americana orientada a los resultados, con su producción, medición y crecimiento sin límites».

Así que, amada iglesia, ¿es Dios suficiente? Si no lo es, entonces estamos condenados a seguir una travesía interminable, agotadora y vacía en busca del significado, la importancia y el propósito. Si Dios es suficiente, entonces tenemos todo lo que necesitamos. Si Dios es suficiente, somos libres para regresar el amor recibido y entregar nuestras vidas en aras del Evangelio y en servicio al prójimo. Si Dios es suficiente, podemos abrir nuestras manos y nuestras vidas. Si Dios es suficiente, entonces podemos soltar las riendas de la iglesia sabiendo que es la iglesia de Cristo, que no es nuestra.

Y si es la voluntad de Dios que haya un testimonio del Evangelio por parte de la ELCA, no existe fuerza sobre la Tierra, ni siquiera la nuestra, que lo pueda impedir.

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Esta columna apareció por primera vez en la edición de septiembre de 2015 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

Sin glamour, pero fundamental – por Elizabeth Eaton

Nuestra relación con el dinero es una cuestión profundamente espiritual.

Una iglesia en el Sínodo del Noreste de Ohio se describe a sí misma como una congregación del «50/50». Dona la mitad de las ofrendas recibidas. Una parte importante se destina al apoyo a la misión, pero la congregación también apoya ministerios y proyectos locales. Visité la congregación el día en que se iban a aportar ofrendas para un programa especial. Uno a uno, los congregantes con gesto serio se acercaban a colocar sus ofrendas en una cesta ante el altar.

En la parte de atrás de la congregación, me llamó la atención una niña, puede que de 5 años, sentada en el regazo de su padre. Forcejeaba y se retorcía hasta que el adulto le dio su ofrenda y la soltó. Recorrió el pasillo como un tornado, la cabeza en alto y una mirada como si hubiera ganado la lotería. Cuando regresaba a su asiento, señalé la alegría de dar representada en esta pequeña niña. Alguien de la congregación comentó: «No es su dinero». Esperé un minuto y luego dije: “No, es el dinero de su padre”.

Tenemos una relación conflictiva con el dinero. Por una parte, aseguramos que no nos puede comprar amor o felicidad, pero por la otra medimos nuestro valor y seguridad según su escala. No nos gusta hablar de dinero en la iglesia. Hace años que hablamos de sexualidad humana en esta iglesia, pero no hablamos del dinero. Es totalmente inaceptable.

Recuerdo una entrevista con un comité de vocaciones donde pedí ver los informes del tesorero. Me dijeron: “Oh no, pastora, usted preocúpese de las cuestiones espirituales y nosotros nos preocupamos de las finanzas”. Pero nuestra relación con el dinero es una cuestión profundamente espiritual. Nuestra peculiar relación con el dinero puede mantenernos en una especie de esclavitud. Jesús lo sabía cuando se encontró con un rico que aseguraba haber respetado los mandamientos desde su juventud, pero que seguía sintiendo que le faltaba algo. Cuando Jesús le dijo que vendiera todo lo que tenía, que lo diera a los pobres y le siguiera, «el hombre se desanimó y se fue triste porque tenía muchas riquezas» (Marcos 10:17-22). Tenía muchas posesiones. Era esclavo de sus posesiones.

Dar es una disciplina espiritual. Es la forma que tenemos de aprender a vivir por la fe. Es una forma de participar de la generosidad y abundancia de Dios. Es una forma de ir más allá de nosotros mismos. Es también una forma de conectarnos los unos a los otros. En respuesta a la gracia y amor pródigo de Dios, expresado en la crucifixión y resurrección de Jesús, nuestros donativos son un acto comunal. Dar es tan espiritual como la adoración. Forma parte de nuestra vida unidos. No estoy hablando de los donativos de ostentación y publicidad de uno mismo contra los que advierte Jesús en Mateo 6:2-4, sino de la ofrenda intencional y, en su caso, extravagante de la viuda en el templo (Marcos 12:41-44). El suyo fue un acto público de fe y participación en la vida corporativa de la comunidad.

¿Con qué frecuencia habla su congregación del dinero? ¿En la campaña anual de mayordomía en el otoño? ¿En los foros de adultos? ¿Alguna vez? ¿Cuenta su congregación con educación para la mayordomía y con un programa anual de mayordomía? Sus obispos, el personal de su sínodo y los directores de misión evangélica están listos y dispuestos para trabajar con ustedes. Háblenles por teléfono.

Recientemente, el obispo James Hazelwood del Sínodo de Nueva Inglaterra encuestó a los miembros laicos y ordenados sobre el apoyo a la misión. Descubrió que aproximadamente el 10 por ciento sabía qué era el apoyo a la misión. Es el apoyo financiero que las congregaciones envían a los sínodos para posibilitar y promover la obra de la más amplia iglesia. Un porcentaje se envía a la organización nacional para apoyar la obra de la ELCA en nuestro país y en todo el mundo. Algunos sínodos envían hasta el 55 por ciento del apoyo a la misión recibido. Todos nuestros sínodos son generosos en sus donativos, incluso hasta el punto del sacrificio. Esta es una obra que realizamos juntos: ningún sínodo o congregación individual podría hacerlo solo. Y los sínodos también apoyan ministerios en sus territorios: seminarios, campamentos, universidades, organizaciones de ministerio social, nuevas congregaciones y mucho más.

Han cambiado los patrones para dar. Entiendo que las personas quieran dar a proyectos específicos o a causas locales. Eso está muy bien. Sigan haciéndolo. De hecho, revisen Always Being Made New: The Campaign for the ELCA (Siempre siendo renovados: la campaña de la ELCA). Pueden designar para dar a ministerios vitales que lleven en el corazón. Pero formen parte de un apoyo a la misión que significa fe, liberación y creación de conexiones. Puede que no sea glamoroso, pero hace la diferencia.

¿Con qué frecuencia habla su congregación del dinero? ¿En la campaña anual de mayordomía por el otoño? ¿En los foros de adultos? ¿De vez en cuando?

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Esta columna apareció por primera vez en la edición de julio de 2015 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

La ELCA inicia respuesta a terremoto devastador en Chile

CHICAGO (ELCA) – Un terremoto devastador, con una magnitud de 8.8 en la escala de Richter, ocurrió en la zona central

(Haga click en la imagen para ampliarla). Supervivientes de terremoto en Chile. Foto: REUTERS/ Víctor Ruiz Caballero.

de Chile a temprana hora de la mañana del 27 de febrero, causando la muerte de, por lo menos, 122 personas. El sismo es el de mayor intensidad en Chile en 50 años.

Como resultado del terremoto, el 27 de febrero se emitió una alerta de tsunami para toda la cuenca del Pacífico, incluyendo todas las islas hawaianas.

Miembros del personal de la organización nacional en la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés) se comunicaron con organizaciones compañeras en Chile. Están trabajando para evaluar la situación y planear la respuesta, indicó Megan Bradfield, directora asociada para Desarrollo Internacional y Respuesta ante Desastres en la unidad de Misión Global de la ELCA.

Los miembros del personal de la ELCA también se comunicaron con personas en Perú, donde la iglesia está apoyando a aquellos que están siendo evacuados debido a la amenaza de tsunami, indicó el Revdo. Daniel Rift, director del Programa de la ELCA para Aliviar el Hambre Mundial, en Servicios de Desarrollo de la ELCA. La información fue enviada a través de un blog.

La Respuesta de la ELCA ante Desastres Internacionales estará trabajando con dos compañeros históricos en Chile, indicó Bradfield. Ellos son: la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, miembro de la Federación Luterana Mundial, y Educación Popular en Salud, añadió Bradfield.

La iglesia cuenta con nueve pastores en 10 congregaciones con aproximadamente unos 3,000 miembros y 5 puntos de misión –dos en Santiago, dos en Concepción y uno en Coquimbo–, indicó. Educación Popular  o EPES trabaja para promover la calidad y justicia en el cuidado de la salud para los pobres, y una de sus labores es establecer y capacitar a grupos comunitarios en salud, indicó Bradfield. En los últimos 20 años, “ha pasado de ser un equipo pequeño de respuesta a emergencias a ser líder de movilizaciones comunitarias sistemáticas con el fin de mejorar los servicios de salud y concientizar a sus comunidades”, añadió.

Chile es vulnerable a terremotos, ya que se encuentra situado en el “Cinturón de Fuego” del Pacífico, en el borde convergente entre la Placa de Nazca y la Placa Sudamericana.

Chile sufrió el mayor terremoto del siglo 20 cuando un temblor de 9.5 de magnitud ocurrió en la ciudad de Valdivia en 1960, causando la muerte de 1,655 personas.

Contribuciones financieras para apoyar los esfuerzos de ayuda para los damnificados del terremoto se pueden realizar en: https://community.ELCA.org/NetCommunity/SSLPage.aspx?pid=537 que es el sitio en internet de la ELCA.

Para información, favor de comunicarse con:

Melissa Ramirez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; John Brooks, director de noticias (773) 380-2958. También pueden enviar un mensaje por correo electrónico a: news@elca.org

http://www.elca.org

Twitter: http://twitter.com/elcanews

Detalla Obispo Presidente de la ELCA respuesta a terremoto en Haiti

CHICAGO (ELCA)— La Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés) está dando una respuesta al terremoto en Haití por medio de la Federación Luterana Mundial (LWF, por sus siglas en inglés), escribió el Revdo. Mark S. Hanson, obispo presidente de la IELA, en una carta del 13 de enero a losmiembros. Hanson, que también es presidente de la LWF, señaló que la ELCA ha comprometido cantidades sustanciales de fondos para sostener los esfuerzos de ayuda humanitaria y animó a los miembros a compartir información y proporcionar donativos financieros.

El terremoto del 12 de enero provocó considerables daños estructurales alrededor de la capital, Port-au-Prince, y quizás haya acabado con la vida de “más de cien mil personas”, escribió Hanson citando a funcionarios haitianos. La preocupación más inmediata de las agencias de ayuda humanitaria era la seguridad de los sobrevivientes, además de la necesidad de agua, desinfección y comunicación.

En una breve entrevista, Hanson dijo al Servicio Noticioso de la ELCA que “éste es uno de esos momentos en que en la ELCA tenemos que unirnos como lo hemos hecho con tanta frecuencia en nuestra historia”. Dijo que la iglesia tiene la capacidad para responder a la tragedia humana y que “los miembros están llamados a dar testimonio de nuestra fe respondiendo con generosidad y trabajando con los compañeros” para proporcionar ayuda humanitaria.

El obispo presidente pidió a los miembros que contribuyan con donativos financieros a los esfuerzos humanitarios de la iglesia. Los miembros pueden enviar donativos por internet en http://www.ELCA.org/haitiearthquake o pueden llamar al 800-638-3522.

En su mensaje escrito, Hanson señaló que la ELCA ya está dando respuesta por medio del Programa para Haití de la LWF. “Dada la devastación provocada por este terremoto, la ELCA ha comprometido una cantidad inicial de $250,000 de la Respuesta de la ELCA a Desastres Internacionales para Haití y ha autorizado una cantidad adicional de $500,000 al recibir respuesta de parte de las congregaciones tanto para las necesidades inmediatas como para los esfuerzos a largo plazo de reconstrucción”, escribió.

Hanson informó que el personal de la LWF en Haití ha resultado ileso. La LWF es una comunión internacional de 140 iglesias asociadas en 79 países, en representación de más de 68.9 millones de cristianos.

“También damos gracias por tener compañeros eficaces y de confianza físicamente en Haití, quienes ya están trabajando para ayudar a los supervivientes del terremoto”, escribió. “La ELCA es el mayor sostén regular del programa de la LWF en Haití para ayudar a las comunidades a huir de la grave pobreza en la que viven tantos haitianos. Puesto que ya hay personal en el lugar, no se perderá tiempo precioso para dar forma a una respuesta eficaz. Ya está en marcha la labor de proporcionar alimentos y refugio y de ayudar a las personas a reconstruir sus vidas”.

La ELCA da las gracias a sus compañeros en el esfuerzo de ayuda humanitaria. Hanson escribió que el personal de la LWF en Haití está coordinando las respuestas de las iglesias protestantes y ortodoxas de todo el mundo por medio de la Acción de las Iglesias Unidas (ACT, por sus siglas en inglés). ACT es una alianza global de iglesias y agencias relacionadas que trabajan en conjunto como respuesta ante desastres y en el desarrollo. La IELA pertenece a la alianza.

La organización nacional de la ELCA también está coordinando esfuerzos con el Sínodo Florida-Bahamas de la ELCA, que está trabajando para proporcionar una respuesta al desastre “para y posiblemente por medio de la emergente iglesia luterana en Haití”, escribió.

Los detalles de la respuesta y recursos de la ELCA para las congregaciones se pueden encontrar en el sitio en internet de la ELCA en: http://www.ELCA.org/disaster. Pidió a los miembros que compartan información sobre “la urgente necesidad en uno de los vecinos más próximos de Estados Unidos y los medios eficaces por medio de los cuales está dando una respuesta su iglesia”.

El texto completo del mensaje del Obispo Presidente Mark S. Hanson de la ELCA se encuentra en http://www.ELCA.org/bishopstatement en el sitio de la ELCA en internet.

Para mayor información, favor de comunicarse con:

Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; o John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958. También pueden escribir un mensaje por correo electrónico a: news@elca.org.

http://www.elca.org/news

Teléfonos abiertos en las oficinas nacionales de la ELCA, del 16-18 de enero con el fin de aceptar donativos para Haití

CHICAGO (ELCA) — La oficina de la organización nacional de la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés) en Chicago mantendrá abiertas sus líneas telefónicas del 16-18 de enero para aceptar donativos financieros con el fin de apoyar los esfuerzos de ayuda humanitaria en Haití.

“Los miembros de la IELA han respondido con gran generosidad al desastre en Haití”, dijo Kristi S. Bangert, directora ejecutiva de los Servicios de Comunicaciones de la ELCA.  “Sus donativos con tarjeta de crédito se están realizando por teléfono o internet.  Esperamos que este aluvión de donativos siga durante muchos días más, si no es que semanas”.

Bangert dijo, dadas estas circunstancias, que la organización nacional de la ELCA mantendrá abiertas sus líneas de teléfono durante el fin de semana y el día feriado de Martin Luther King Jr., de 8 a.m. a 5 p.m. Tiempo del Centro.

Hasta la fecha, la ELCA ha recaudado más de $500,000, de acuerdo al Revdo. Daniel Rift, director del Programa de la ELCA de Ayuda ante Desastres y para Aliviar el Hambre Mundial.  “Los próximos días serán especialmente difíciles y es probable que las imágenes nos resulten inquietantes.  Haití nunca ha sido un país fácil para trabajar y, sin embargo, la obra luterana ha sido fuerte ahí desde hace muchos años en otros tiempos de crisis.  Tengo fe en que seguirá siendo así”, dijo.

“Las imágenes de desesperación y destrucción tras el terremoto en Haití siguen abrumándonos, pero también son un llamado a nuestra respuesta de oración y generosidad”, dijo el Revdo. Mark S. Hanson, obispo presidente de la ELCA.

En un video y carta a la iglesia del 15 de enero, Hanson agradeció a los luteranos sus generosos donativos financieros.  Dijo que la ELCA ya está trabajando en Haití por medio de asociaciones de muchos años con la Federación Luterana Mundial (LWF, por sus siglas en inglés) y la Ayuda Mundial Luterana (LWR, por sus siglas en inglés) con el fin de brindar ayuda de emergencia en cuanto a alimentos, agua, refugio y suministros médicos se refiere.

Hanson es presidente de la LWF, una comunión global de 140 iglesias asociadas en 79 países, en representación de más de 68.9 millones de cristianos.  La LWR es un ministerio internacional de ayuda y desarrollo de la ELCA y la Iglesia Luterana-Sínodo de Misuri.

La ELCA “se encuentra en una posición privilegiada para brindar ayuda inmediata y continua”, escribió Hanson.

La ELCA está proporcionando un compromiso financiero inicial de $600,000 para apoyar los esfuerzos de recuperación en Haití.

«»El cien por ciento de todos los donativos hechos al Programa de Respuesta de la ELCA a Desastres, designados para la ‘Ayuda a los Damnificados por el Terremoto en Haití’, se utilizará en la ayuda inmediata y la recuperación continua”, escribió Hanson.

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Las contribuciones financieras para apoyar los esfuerzos de ayuda humanitaria en Haití se pueden hacer en http://www.ELCA.org/haitiearthquake o llamando al 1-800-638-3522.

El video y el texto completo del mensaje del Obispo Presidente de la ELCA, el Revdo. Mark S. Hanson se encuentra en el sitio en internet de la IELA en: http://www.ELCA.org/bishopstatement.

Para mayor información, favor de comunicarse con:

Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; o John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958. También pueden escribir un mensaje por correo electrónico a: news@elca.org.

http://www.elca.org/news»

Aumenta la ELCA compromiso financiero con Haití, canaliza fondos por medio de compañeros

CHICAGO (ELCA) — El Programa de Respuesta de la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés) ante los Desastres Internacionales aumentó su compromiso financiero inicial para apoyar los esfuerzos humanitarios en Haití hasta los $600,000. El Revdo. Rafael Malpica Padilla, director ejecutivo de la Misión Global de la ELCA, hizo el anuncio el 15 de enero, enfatizando la importancia de una respuesta coordinada por parte de la «familia luterana» en Estados Unidos.

Tras el terremoto que devastó Haití el 12 de enero, la ELCA omprometió una cantidad inicial de $250,000 para el desastre. La iglesia dijo que adelantaría otros $500,000 en base a los donativos de los miembros.

Malpica Padilla dijo que el compromiso de $600,000 se basa en “una respuesta fuerte y generosa” de los miembros de la ELCA esta semana. Esta cifra podría pronto aumentar a más de $1 millón, dependiendo de la continuidad de la respuesta de los miembros, dijo.

La ELCA distribuirá sus fondos por medio de tres organizaciones, dijo Malpica Padilla:

  • $300,000 se enviarán a la Federación Luterana Mundial (LWF, por sus siglas en inglés), organización clave de ayuda y miembro de la Alianza Acción de Iglesias Unidas (ACT, por sus siglas en inglés). Los fondos servirán de apoyo para los esfuerzos de la LWF de proporcionar refugio a personas a las que el temblor dejó sin hogar. La LWF es una comunión global de 140 iglesias asociadas en 79 países, en representación de más de 68.9 millones de cristianos. ACT es una alianza global de iglesias y agencias relacionadas que trabajan en conjunto en la respuesta a los desastres y en el desarrollo. La ELCA pertenece a ambas organizaciones y trabaja de manera rutinaria por medio de ambas en la respuesta a los desastres internacionales.
  • $150,000 se enviarán a Ayuda Mundial Luterana (LWR, por sus siglas en inglés), en Baltimore, para proporcionar ayuda material. LWR es un ministerio internacional de ayuda humanitaria y desarrollo de la ELCA y la Iglesia Luterana-Sínodo de Misuri. “Ayuda Humanitaria Luterana es un socio y compañero clave de esta iglesia”, dijo Malpica Padilla. “Han demostrado experiencia a la hora de movilizar ayuda material en situaciones de emergencia”.
  • $150,000 se enviarán al Servicio Mundial de Iglesias (CWS, por sus siglas en inglés) para la construcción de sistemas temporales de agua y para la distribución de materiales para la purificación del agua. El CWS es un ministerio de cooperación de 36 denominaciones y comuniones cristianas. La organización “está en funcionamiento en la República Dominicana, con un área de almacenamiento temporal para la distribución de ayuda humanitaria”, dijo Malpica Padilla.

“Es una bendición para la ELCA trabajar en Haití por medio de estos compañeros en los esfuerzos de ayuda humanitaria y rehabilitación tras el terremoto. Cada organización, con sus propias capacidades y redes con las que trabaja, proporciona un marco formidable para el enorme esfuerzo de ayuda humanitaria que nos espera”, dijo Malpica Padilla. “Éstos son momentos para trabajar juntos como una familia luterana en Estados Unidos”.

Además, Thrivent Financial for Lutherans y sus miembros están trabajando para recaudar $3 millones con el fin de apoyar los esfuerzos humanitarios en Haití. Thrivent Financial, Minneapolis, es la mayor asociación fraternal de beneficencia de la nación.

“Thrivent Financial donará $1 por cada $2 que donen los miembros de Thrivent, hasta un total de $1 millón con el potencial de generar $3 millones”, de acuerdo con una nota de prensa de Thrivent.

Los fondos se dirigirán a la Respuesta de la ELCA a Desastres (Internacionales), LWR, Ayuda Humanitaria y Atención Humana Mundial de LCMS, y el Comité de Ayuda Humanitaria del Sínodo Evangélico Luterano de Wisconsin.

“Nuestros corazones y oraciones están con el pueblo de Haití y todos aquellos que trabajan incansablemente para rescatar a las miles de víctimas”, dijo Bruce Nicholson,  presidente del consejo y director ejecutivo de Thrivent Financial. “Thrivent Financial y nuestros miembros desean ayudar en estos momentos de gran necesidad. Creemos que nuestros miembros en todo el país darán con generosidad a los afectados por este catastrófico desastre natural”.

Malpica Padilla dijo sentirse agradecido por la iniciativa de Thrivent de igualar los donativos de las tres iglesias luteranas y de LWR.

Se pueden realizar contribuciones financieras en apoyo a los esfuerzos humanitarios en: http://www.ELCA.org/haitiearthquake o llamando al 800-638-3522.

Para mayor información, favor de comunicarse con:

Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; o John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958. También pueden escribir un mensaje por correo electrónico a: news@elca.org.

http://www.elca.org/news

Dice luterano haitiano que se necesita buena voluntad para supervivencia de Haití

CHICAGO (ELCA) — Haití necesitará confiar en la buena voluntad y compasión de pueblos e

(Haga clic en la imagen para ampliarla). El Revdo. Joseph Livenson Lauvanus, presidente de Eglise Lutherienne d'Haiti (Iglesia Luterana de Haití).

iglesias si esta nación caribeña quiere sobrevivir, de acuerdo al Revdo. Joseph Livenson Lauvanus,

presidente de Eglise Lutherienne d’Haiti (Iglesia Luterana de Haití).

«Si existe un momento para que los pueblos ayuden a Haití, ese momento es ahora mismo», dijo Lauvanus al Servicio Noticioso de la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés).

«Todo el mundo sabe que Haití es un país pobre en el hemisferio occidental», dijo Lauvanus.  Atribuye la supervivencia de Haití a «la buena voluntad de nuestras iglesias. Estamos agradecidos de tener una iglesia como la ELCA que entiende totalmente esa cuestión de la unidad, reforzando lo que llamamos la ‘Comunión de los Santos'».

Cuando se transmitió la noticia del terremoto, “me sentí conmocionado, especialmente por la magnitud del temblor”, dijo Lauvanus.  Dijo que el terremoto había sido “una pesadilla.  La situación allí va más allá de lo creíble y no podemos hacer nada por nosotros mismos.  Por eso es que confiamos en que la gente nos ayude”.

Lauvanus se encuentra actualmente en Estados Unidos.  Dice que su presencia aquí es “un milagro”. Pensando, en un principio, en visitar Estados Unidos el 22 de enero, Lauvanus aprovechó un buen boleto de avión y reprogramó su viaje, escapando así del terremoto.

Lauvanus se encuentra en el centro de Florida visitando a su “padre adoptivo”, el Revdo. David E. Johnson. Johnson, pastor de la Iglesia Luterana Emmanuel, en Venice, Florida, está siendo atendido en una residencia para enfermos terminales.  Lauvanus también está participando en el 50 aniversario de la congregación. Emmanuel es una congregación de la ELCA.

“Emmanuel es mi congregación patria”, dijo Lauvanus, quién sirvió en la congregación durante un internado de dos meses.  Miembros de la iglesia le habían concedido a Lauvanus un estipendio para apoyar su sustento y ministerio en Haití.

La Iglesia Luterana en Haití tiene 12 congregaciones, dijo Lauvanus. “Somos una iglesia joven, una iglesia en crecimiento.  No tenemos una presencia muy grande en Haití, pero donde quiera que estemos, nuestra presencia es visible”, dijo.

Lauvanus está planeando regresar a Haití en cuanto sea posible.  Mientras tanto, tiene pensado hablar con congregaciones y otros en el centro de la Florida para crear conciencia sobre Haití.  El Sínodo Florida-Bahamas de la ELCA comparte una relación de compañero con la Iglesia Luterana en Haití.

Congregación de la ELCA planea viajar a Haití y espera todavía poder ir

El Revdo. Stephen P. Winemiller, de la Iglesia Luterana Faith, en Sarasota, Florida, ha estado en Haití en 10 ocasiones en los últimos cinco años con motivo de misiones médicas. Su próximo viaje está programado para el 4 de febrero, cuando acompañará a un grupo de médicos, enfermeras y farmacéuticos y pediatras que proporcionarán tratamiento a niños en edad escolar. La mayoría de estos profesionales médicos son miembros de la Iglesia Luterana Faith.

Mientras se encuentre en Haití, el grupo establecerá clínicas móviles en salones de clase con el fin de llevar a cabo exámenes médicos, dijo Winemiller. El viaje se programó hace un año, pero Winemiller dijo que le preocupa que el viaje no se haga por causa de los problemas de transporte en Haití. “Más que nunca, nos gustaría ayudar”, dijo.

El terremoto que devastó Haití también pasó de cerca para los miembros de la Primera Iglesia Luterana en Brockton, Massachusetts, dijo la Hermana Virginia E. Strahan, del Sínodo de la ELCA de Nueva Inglaterra en Worcester, Massachusetts. La Primera Iglesia Luterana comparte su edificio con la Iglesia del Dios de la Liberación, una congregación haitiana. Brockton tiene una comunidad haitiana bastante grande, dijo Strahan.

“La Primera es una congregación principalmente sueca, o tiene sus raíces en Suecia”, dijo Jim E. Benson, administrador congregacional de la Primera. Describió la relación entre los miembros de la Primera Iglesia Luterana y la comunidad haitiana como “muy cálida y amigable. La relación se remonta a hace unos tres o cuatro años”.

Miembros de la Primera están trabajando con la oficina del alcalde de Brockton, otros funcionarios citadinos y grupos interconfesionales con el fin de determinar la mejor manera de ayudar a satisfacer las necesidades de los supervivientes del terremoto, dijo Benson. Explicó que la congregación está reuniendo recursos para armar botiquines de salud y enviarlos a Haití por medio de la Ayuda Mundial Luterana, un ministerio de la ELCA y de la Iglesia Luterana-Sínodo de Misuri. La congregación está recogiendo la ayuda de otras congregaciones locales luteranas para armar botiquines y “al final invitaremos a otros a ayudar”, dijo Benson.

“También vamos a reunir ropa, mantas y otros artículos que enviaremos directamente a congregaciones locales haitianas. Ellas se asegurarán que (las donaciones materiales) se envíen a las personas adecuadas en Haití”, dijo Benson.

Las contribuciones financieras para apoyar los esfuerzos de ayuda humanitaria en Haití se pueden hacer en http://www.ELCA.org/haitiearthquake o llamando al 1-800-638-3522.

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Melissa Ramírez-Cooper, directora adjunta de noticias, al (773) 380-2956; o John Brooks, director de noticias, al (773) 380-2958. También pueden escribir un mensaje por correo electrónico a: news@elca.org.

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