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ELCA Blogs

Humanity and hunger

Anna Smith

If you see some brother or sister in need and have the means to do something about it but turn a cold shoulder and do nothing, what happens to God’s love? It disappears. And you made it disappear. – 1 John 3:17 (The Message)

This past week, I was able to head to Wrigleyville, a Chicago neighborhood, to witness the Chicago Blackhawks’ Stanley Cup victory celebration. Throughout the night I observed a great number of unsettling scenes unfolding. One in particular that deserves reflection occurred on the way home via public transit. I was transferring trains and walked through a tunnel among the sea of boisterous fans. Up ahead, someone caught my eye. There was a man sitting on the side of the tunnel. As I moved closer, I noticed he had signs made of cardboard. The two I remember said:  “$1.00 for my daughter to eat,” and “$1.00 for the Blackhawks.” The man was sitting there, holding a cup and staring at the wall across from him. My attention was quickly drawn away from him by the several fans shouting, “GO HAWKS!” I saw that every one of these people were walking straight by this man without sparing a dollar or even acknowledging that he was there. In particular what resonated with me about witnessing this occurrence is that most of us had probably spent dozens of dollars already that night on food, drinks and victory merchandise. Admittedly, I, too, fell victim to the pressure of my surroundings and continued to walk by this man just like everyone else. I spent the rest of my train ride home attempting to process what I saw and how I am called to respond as a Christian.

As I reflect on this, what first comes to mind is a late-night discussion I had while studying abroad in India last fall. We were discussing the practice of untouchability, an attitude based on the belief that certain people are “impure” that translates into a variety of behaviors, norms and physical acts. People in the Dalit community, with whom I spent my time, are most often considered “untouchable.”

During that discussion someone posed the question, “Does untouchability happen in the United States?” After a brief moment, we listed several examples, such as avoiding the “bad part” of town and sidestepping people who appear to be homeless.

What I witnessed that night – and, frankly, more often than not when I see people facing hunger on the street –  looks a lot like untouchability. There is a sense that the person on the side of the road is unclean, unsafe or unworthy of our attention.

The Bible proclaims that we are ALL created in God’s own image. As Paul writes in his letter to the Romans, “So in Christ, we, though many, form one body, and each member belongs to all the others.” As Christ commands, “Love your neighbor as yourself.” As Martin Luther wrote in “Freedom of a Christian,” “Therefore, we should be guided in all our works by this one thought alone – that we may serve and benefit others in everything that is done, having nothing before our eyes except the need and advantage of the neighbor.” And we as Lutherans speak of the model of accompaniment, or walking in solidarity with and among our brothers and sisters of all walks of life. How do we practice this outside of our church walls or away from planned mission trips or service events? What does it mean for us to recognize each person – every person – as the very image of God?

Reflecting on that experience on my way home, I wish I wouldn’t have followed the crowd. This wasn’t a matter of not giving a dollar, but rather the inner feeling that I, too, had ignored the humanity of the man with the signs. What would it look like for us to go from ignoring the person, to offhand giving and finally, beyond this, to really seeing the image of God in our brothers and sisters? How does our choice to give or not to give reflect our belief that God has created us in God’s image and marked us as God’s own? Maybe that means giving a dollar, or maybe it means asking a person his name or listening to her story. Maybe it means recognizing even those whom society deems “untouchable” as people worth knowing, worth listening to and worth seeing.

Anna Smith is an ELCA World Hunger intern working with Hunger Education this summer. She is currently a student at Concordia College in Moorhead, Minn.

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La campaña integral de la ELCA celebra su primer año con casi $45 millones de dólares recaudados

Magdalena Meza

​​CHICAGO (ELCA) – La primera campaña integral de la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA, por sus siglas en inglés) Always Being Made New: The Campaign for the ELCA (Siempre hecha de nuevo: la campaña para la ELCA) está celebrando la finalización de su primer año con casi $45 millones de dólares recaudados, lo que representa el 23 por ciento de la meta de $198 millones de dólares que se espera recaudar durante el periodo de cinco años que concluye el 31 de enero de 2019. Además, la campaña ha recibido otros $3.4 millones de dólares en compromisos actuales de donación y $10.8 millones de dólares en compromisos planeados de donación para las prioridades de la campaña.
“En el primer año de la primera campaña integral de nuestra historia, conseguimos más del 23 por ciento de nuestra meta. En realidad nos encontramos ligeramente por delante de nuestra meta”, explicó la reverenda Elizabeth A. Eaton, obispa presidente de la ELCA. “Esto nos indica la abundancia de Dios, la generosidad de nuestra gente y el gran esfuerzo de nuestro personal en la campaña. Estoy muy emocionada y animada”.
Lanzada oficialmente el 1 de febrero de 2014, esta campaña de cinco años busca recaudar $198 millones de dólares para contribuir a sostener y hacer crecer los ministerios de esta iglesia por medio de cuatro prioridades: Congregaciones, Hambre y Pobreza, Liderazgo e Iglesia Global. Los recursos adicionales darán a la ELCA la oportunidad de profundizar en las relaciones y ampliar los ministerios que prestan servicio a las comunidades de Estados Unidos y de todo el mundo.

Los donativos del primer año de campaña ya están teniendo efecto en todos los niveles de nuestra iglesia:

  • Además de desplegar el 21 por ciento más de voluntarios este año con respecto al anterior, los Adultos Jóvenes en Misión Global de la ELCA lanzaron n otoño un nuevo programa de país para Ruanda y lanzarán el programa de Camboya en agosto.
  • Se aprobaron 20 ministerios de nuevo arranque para comenzar actividades ya en 2015 con la meta de 50 propuestas adicionales para lo que resta de este año.
  • La Campaña contra la Malaria de la ELCA se está acercando a su meta financiera de $15 millones de dólares y el programa se encuentra activo en 13 países.
  • La primera generación de Líderes Internacionales  –  Mujeres va a iniciar su andadura en seis facultades, universidades y seminarios de la ELCA este otoño.

“Estamos en camino a un gran arranque gracias a nuestros donantes. Es maravilloso lo que hemos conseguido juntos como iglesia este primer año de la campaña; la gente está respondiendo con mucha generosidad”, dijo el reverendo Ron Glusenkamp, director de la campaña. “Ahora que entramos al segundo año de esta campaña de cinco años, damos gracias a Dios por los excelentes cimientos de donativos ya hechos y tenemos la esperanza de aumentar esos donativos para poder hacer más juntos en el nombre de Cristo”.
En su segundo año, la campaña se enfoca en la prioridad Congregaciones, incluyendo Nuevas Congregaciones de la ELCA, Renovación de las Congregaciones y Ministerios de Discapacidad. Esta prioridad les da a los miembros y simpatizantes de la ELCA la oportunidad de compartir el amor de Jesús en un círculo mucho más grande al iniciar más congregaciones, descubrir formas innovadoras de hacer crecer y renovar nuestras comunidades de fe ya existentes, y ampliar nuestros ministerios con personas que viven con discapacidades.
“Como dice la obispa Eaton: ‘En el corazón de lo que hacemos juntos como iglesia se encuentra la adoración. Y en el corazón de nuestra adoración se encuentra el Cristo crucificado y resurrecto’. Así pues, este año, mientras nos enfocamos en trabajar con las congregaciones —las nuevas y las que están en renovación— y las personas que viven con discapacidades, estamos creando conciencia y recaudando fondos no sólo para crecer en nuestra vida de Palabra y Sacramentos, sino también para ser renovados espiritualmente, juntos”, explicó Glusenkamp.

Por medio de varias prioridades, La Campaña para la ELCA busca:

  • Aumentar la capacidad de esta iglesia para apoyar la renovación congregacional y la plantación de nuevas congregaciones
  • Formar y apoyar a nuevos líderes laicos, líderes ordenados y líderes globales para la misión
  • Alentar y formar líderes entre los jóvenes y adultos jóvenes laicos
  • Apoyar el ministerio de discapacidad de esta iglesia
  • Impulsar nuestro compromiso de caminar al lado de las iglesias compañeras globales en testimonio compartido
  • Ampliar nuestros esfuerzos para abordar la pobreza y el hambreLa información sobre La Campaña para la ELCA está disponible en www.ELCA.org/campaign.

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Sobre la Iglesia Evangélica Luterana en América:
La ELCA es una de las mayores denominaciones cristianas de Estados Unidos con aproximadamente 3.8 millones de miembros en casi 10,000 congregaciones en los 50 estados y la región del Caribe. Conocida como la iglesia de “La obra de Dios. Nuestras manos”, la ELCA enfatiza la gracia salvadora de Dios por medio de la fe en Jesucristo, la unidad entre los cristianos y el servicio en el mundo. Las raíces de la ELCA se encuentran en los escritos del reformador alemán Martín Lutero.

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Honduras: Apoyo para los menores que regresan a casa después de migrar

Megan Brandsrud

​El gobierno hondureño declaró el estado de emergencia nacional debido al reciente regreso en masa de hondureños, especialmente de niños, desde México y Estados Unidos. Se ha solicitado la ayuda de varias organizaciones humanitarias y de la sociedad civil con el fin de proporcionar acompañamiento durante la recepción de los niños que son devueltos.

La Respuesta Luterana ante Desastres está trabajando con la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) para proporcionar ayuda humanitaria a los mil niños migrantes que van a regresar. Se prestará una atención inmediata a ayudar a los niños a reunirse con sus familias y a acompañarlos en el proceso legal de presentar cargos en los casos que impliquen tráfico de seres humanos, tráfico sexual, y violencia física y psicológica. Se distribuirán estuches de alimentos y aseo personal entre los niños cuando sean recibidos y mientras permanezcan en albergues temporales a la espera de reunirse con sus familias. También se proporcionará apoyo psicosocial y se prestará un acompañamiento especial en los casos que ameriten una atención extra.

El bienestar de cada niño es la principal preocupación y se proporcionará el apoyo necesario para asegurar una reunión segura a los niños y sus familias.

Véase más en: http://elca.org/News-and-Events/blogs/ELCALutheranDisasterResponse/292#sthash.kZwuOYFs.dpuf

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¡Bienvenidos a la Casa de Acogida!

Wendy Healy

Muchos refugiados necesitan alojamiento temporal hasta conseguir su propia dirección y asentarse para ser autosuficientes en una nueva comunidad.

La Casa de Acogida en la Iglesia Luterana St. Andrew’s, de Carolina del Sur, está haciendo honor a su nombre. Durante los últimos 10 años, la antigua casa parroquial ha acogido a cientos de refugiados como albergue temporal para las personas que se reubican en la zona por medio de los Servicios Luteranos de las Carolinas. Esta organización de ministerio social se esfuerza por ayudar a las personas que han huido de la persecución en sus países de origen y suele asociarse con congregaciones luteranas como St. Andrew’s para patrocinar a familias y proporcionar servicios.

La Casa de Acogida de St. Andrew’s alberga entre 50 y 100 individuos y familias al año, dijo John Trump,  pastor de St. Andrew’s, con lo que es frecuente que dos familias compartan a la vez esta casa de cuatro recámaras. Los Servicios Luteranos de las Carolinas pagan las facturas de los servicios y la congregación da mantenimiento a la casa.

La casa parroquial se convirtió en casa de reubicación después de servir de oficina a la congregación y también a los Servicios Luteranos de las Carolinas. Cuando se trasladaron los Servicios Luteranos, la congregación empezó a debatir la idea de darle otros usos a la casa, según nos cuenta John, y puesto que ya eran compañeros de Servicios Luteranos, la solución se dio con mucha facilidad.

Muchos de los refugiados provienen de Iraq, Afganistán y Somalia, agregó. “Hemos tenido a un musulmán que huía de la persecución de los cristianos y que aquí compartía casa con un cristiano que huía de la persecución de los musulmanes”, nos dijo John. La meta es dar a los refugiados un lugar para quedarse un tiempo, por lo general una o dos semanas, hasta que puedan encontrar trabajo o un apartamento propio.

“Los refugiados suelen llegar de un momento para otro”, dijo John, “y no suelen tener tiempo para encontrar alojamiento. Nosotros nos sentimos felices de proporcionar esta casa”.

Alojamiento — una pieza del rompecabezas

El comité de ministerio social de la congregación también está planeando iniciar un programa de tutoría con el que proporcionar otro tipo de apoyo y asistencia a los refugiados, además del alojamiento. “Somos únicamente una pieza del rompecabezas, y nuestra pieza es proporcionar esta casa”, dijo John, pero la congregación está haciendo esfuerzos para ir más allá.

Charles Dawkins, misionero y pastor retirado, y su esposa Betty, miembros del comité de ministerio social, están a cargo del proyecto de tutoría. Estos antiguos misioneros en Japón aseguran tener un conocimiento de primera mano de las cosas por las que pasan los refugiados.

“Fuimos misioneros en Japón hasta 1970 y entendemos cómo se siente estar en un país extranjero”, dijo Charles. Espera que el programa de tutoría incluya capacitación en idioma inglés, pues la casa ya está equipada con una computadora y programas de idiomas.

“Es importante acoger a los refugiados y ayudarlos en todo lo que podamos”, dijo Charles, quien recuerda cómo llevó una vez a una mujer iraquí que vivía en la Casa de Acogida a una cita con el médico porque no tenía un medio de transporte propio. La esposa de Charles reúne regalos y juguetes para los niños.

Charles también forma parte del Proyecto de Hombres Luteranos en Misión de la congregación, el cual realiza reparaciones y da mantenimiento a la casa.

Aunque han ayudado a cientos de refugiados a hacer la transición a vivir en Estados Unidos, la Casa de Acogida y la asociación de Servicios Luteranos de las Carolinas también han sido reconfortantes para la congregación y le han dado a la iglesia una buena sensación con respecto a la misión, aseguró John.

“Creo que ha sido excelente. Representa un recordatorio constante de que formamos parte del ministerio más amplio de la iglesia, ayudando al hambriento, al que no tiene hogar, al que no tiene ropa que ponerse; no tiene mérito. ¿Cómo podríamos no hacerlo?”

Véase más en: http://www.elca.org/en/Living-Lutheran/Stories/2014/06/140611-Welcome-to-the-Welcome-House#sthash.rDJeTRwH.dpuf

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Los Ángeles de la Guardia

Megan Brandsrud

​”¿Podrías decirnos, por favor, tu nombre completo?”

“¿Cuántos años tienes?”

“¿Es el español el idioma que mejor dominas?”

“Debes estar presente en tu siguiente audiencia o tendré que ordenar  tu deportación en ausencia. ¿Lo entiendes?”

Una jueza en un tribunal del centro de Los Ángeles hace éstas y otras preguntas mientras pasa rápidamente de un caso de inmigración de menores al siguiente. Un intérprete traduce discretamente del inglés al español y viceversa cuando la jueza hace las preguntas y los acusados las responden.

Los acusados son niños que acaban de llegar al Condado de Los Ángeles después de haber sido procesados en la frontera entre EE.UU. y México, y entregados a sus padres o tutores que viven en la zona. Cuando se les pregunta por su país de origen, la mayoría de los niños responden que El Salvador, Guatemala u Honduras, países éstos que han estado experimentando altos niveles de pobreza y una violencia en aumento; son los problemas que están obligando a muchos niños y familias a huir.

La sala del tribunal es pequeña y, aparte del sello de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Inmigración que cuelga de la pared justo detrás de la jueza, el marco no parece retratar la magnitud real de la situación. Un breve pasillo está flanqueado por unas pocas filas de bancas llenas de niños y sus familiares o tutores. Algunos de ellos están parados en el corredor a las puertas de la sala mientras esperan a que anuncien su número de caso.

Entre los niños y las familias se encuentran unas cuantas personas que visten playeras blancas adornadas con la imagen de un ángel y dos niños. Son los Ángeles de la Guardia, miembros de un programa de vigilancia de los tribunales desarrollado por el Sínodo del Suroeste de California de la ELCA con el doble propósito de proporcionar apoyo a los niños y las familias que pasan por los procedimientos migratorios y vigilar las posibles violaciones de los tribunales.

Más de 70,000 niños migrantes sin acompañar han entrado a los Estados Unidos desde Centroamérica desde octubre de 2013, lo que representa un aumento con respecto a años anteriores. Un porcentaje significativo de los niños que llegan ha sido entregado a tutores en el área de Los Ángeles mientras pasan por el proceso legal. Después de enterarse de que muchos de estos niños son deportados sin dejarles un tiempo apropiado para encontrar abogado o pedir asilo, Alexia Salvatierra, pastora de la ELCA, y Maria Paiva, directora de ministerios latinos por el Sínodo del Suroeste de California, crearon el programa de los Ángeles Guardianes.

“No conocen el proceso de inmigración”, dice Maria. “No siempre saben que necesitan un abogado o qué deben pedir. Nosotros estamos ahí para ayudar a explicar les el sistema y para identificarnos como personas de fe que oran por ellos”.

Hay más de 40 voluntarios del Ángel Guardián en el sínodo. Por turnos, cada uno de ellos acude un par de mañanas a la semana para hablar con las familias y sentarse a las audiencias. El programa se ha asociado a la Barra Nacional de Abogados para recibir capacitación voluntaria.

Los voluntarios y voluntarias del Ángel Guardián son individuos que hablan inglés y español. Los que hablan inglés se sientan en la sala y toman notas para documentar el procedimiento y las inconsistencias. Afuera de la sala, los voluntarios que hablan español platican con los niños y sus familias y les expresan su apoyo. Oran con ellos, escuchan sus historias, explican el proceso de audiencias y entregan tarjetas que proporcionan información para encontrar asesoría legal y atención médica. En la tarjeta aparece una imagen del mismo ángel que aparece en la playera de los voluntarios.

“Los niños están familiarizados con esa imagen y les consuela porque muchas familias latinas tienen esas imágenes en sus casas”, dice Maria. “Siempre que se la doy, la guardan cerca del corazón. Les hace saber que Dios está con ellos y que, sin importar lo que suceda, los ángeles les acompañan para protegerlos”.

Las playeras del Ángel Guardián ayudan a los niños, y también al juez, a identificar a los voluntarios.

“Las playeras hacen saber a los jueces que estamos ahí para ayudar a esos niños que huyen de una mala situación en sus países”, dice Maria. “Queremos que sepan quiénes somos y que estamos tomando notas y prestando atención para que no puedan aprovecharse de la situación de los niños”.

Cualquiera puede ser un Ángel Guardián; no existen prerrequisitos aparte de estar dispuestos a ceder su tiempo y voz a los niños que enfrentan un procedimiento migratorio.

“Al principio me interesó porque yo era maestra y me apasionan los niños; luego también fue una forma de hacer la diferencia”, dice Dixie Hanson, integrante de la Iglesia Luterana Holy Trinity Lutheran Church en Thousand Oaks, Calif.,  quien es voluntaria del Ángel Guardián.

Maria y Alexia dicen haber sido testigos del efecto que el programa de Ángeles Guardianes  ha tenido en el tribunal y también en los niños con los que interactúan.

“En verdad creemos que estamos salvando vidas al ayudar a las familias a conectar con los recursos y al tener una presencia en los tribunales”, dice Alexia.

Mientras el programa de Ángeles Guardianes siguen desarrollándose y creciendo en el Sínodo del Suroeste de California, Alexia y Maria mantienen la esperanza de que se implemente un programa similar en los sínodos de otras regiones donde se está liberando a niños.

“Hemos presenciado milagros en cuanto a la manera que tienen los jueces, abogados y demás personas en los tribunales de cambiar de actitud cuando ven y oyen a los niños contar sus historias”, dice Maria. “He visto a voluntarios con lágrimas en los ojos mientras oran con estos niños, que suelen ser tan frágiles y tan inconscientes de lo que es para ellos este sistema. Estos niños son un don. Hemos sido bendecidos por Dios de maneras maravillosas, y lo único que podemos hacer es demostrar este amor a las personas que necesitan compasión y justicia”.

Megan Brandsrud es intérprete en el programa de Respuesta Luterana ante Desastres de la ELCA.

Véase más en: http://www.elca.org/en/Living-Lutheran/Stories/2015/04/150429-Immigration-court-help-for-children#sthash.XZsUiFem.dpuf

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Exploring: Community Organizing

Raymond Pickett

In this series of posts, we will take a closer look at some of the areas of work ELCA World Hunger supports domestically and internationally.  Previously, we looked at relief, education and advocacy. This week, we take a look at community organizing, and we welcome guest blogger and New Testament expert Dr. Raymond Pickett.  Dr. Pickett is an ordained Lutheran pastor and Professor of New Testament at the Lutheran School of Theology at Chicago.  In addition to several articles and book reviews, he is the author of The Cross in Corinth: The Social Significance of the Death of Jesus and is a contributor to the multi-volume Fortress series entitled A Peoples’ History of Christianity, published in November of 2005. He also did the new SELECT DVD New Testament Introduction course with two other ELCA seminary professors. 
What Is Community Organizing?

Building relational power to transform communities!

Community organizing is a strategy and set of practices to build relational power with a view to bringing about social change that improves the quality of community life. The primary goal of community organizing is to connect with people around their values and passions in ways that engender collective public action. In community organizing, issues follow relationships. The foundation of community organizing is the relational meeting, which is a one-to-one conversation focused on learning the gifts, interests, energy, and vision of the person you are talking with. The aim of one-to-one conversations is to build relationships that motivate people to participate in public life.

As individuals, the social and economic issues that diminish the quality of our common life can be overwhelming and lead to a sense of futility and powerlessness that prompts people to withdraw into private life. Community organizing brings people together around their shared interests to form bonds of mutuality and accountability that empower them to take action to improve their communities.

Historically community organizing has worked with existing communities, especially faith communities, to effect social and political change by focusing on specific issues of concern. The ELCA has a longstanding involvement in congregation-based community organizing. One way to think about community organizing is as a practical strategy for enacting the church’s mission “to bear witness to God’s creative, redeeming, and sanctifying activity in the world” (ELCA Constitution, Chapter 4.01). Some congregations use the practices of community organizing to get know their neighbors and become more involved in their communities.

Congregations that are involved with community organizing also frequently discover that it is an effective way to identify and train leaders, and also a process for developing a relational culture within the congregation. Working with community organizing networks and partnering with others for the sake of God’s justice in the world is also a way of becoming a more public church empowered by the Spirit to effect transformation in the world.

Roots of Community Organizing

Throughout Scripture God is depicted as the One who creates, and first and foremost what God creates is a people, a community, that embodies in their life together the divine reality. Scripture in all of its diversity presupposes the existence of a covenant community that God calls into being and liberates from slavery. It is a community of people defined by relationship with a God who is experienced as loving, merciful and just. The Torah provides a vision for how to structure the life of the community, and the prophets hold those in power accountable to this vision that is predisposed to its most vulnerable members.

From the beginning to the end of Scripture God raises up leaders who faithfully embody God’s purposes for the covenant community. In the Gospels Jesus is anointed by the Spirit and empowered to “to bring good news to the poor … proclaim release to the captives and recovery of sight to the blind, to let the oppressed go free” (Luke 4:18). In his Galilean ministry Jesus was leading a social movement to renew community life. In addition to restoring to community people on the margins of Israelite society such as “sinners and tax collectors”, Jesus also addressed the physical and material needs of colonized people who were disenfranchised by imperial policies and practices.

A good example of community organizing in the Gospels are the meals and feeding stories which presuppose hunger as a constant reality in peoples’ lives.  The sharing of meals was part of Jesus’ program to restore, from the bottom up, a society fractured by urbanization and commercialization. In Mark 6:30-44 and 8:1-10 the appetites of five thousand and four thousand people respectively are satisfied by the multiplication of the loaves and fishes. While these stories serve to declare God’s abundant provision in the midst of what looks like scarcity, they also highlight underlying structural issues of unjust distribution of resources.

Jesus goes to Jerusalem as a prophet to address issues of poverty and exploitation in Galilee by performing what community organizers call an action in the Temple where he cites Jeremiah’s Temple sermon as he confronts the Jerusalem aristocracy: “‘My house shall be called a house of prayer for all the nations’? But you have made it a den of robbers.” Power brokers in Jerusalem attempted to stop the movement Jesus started by crucifying him, but the movement continued when his followers encountered the risen Jesus.

The earliest documents in the New Testament are the letters of Paul written in the 40s and 50s of the first century. Paul’s letters portray someone who is establishing counter-cultural communities by building relationships in the public square with people from varied backgrounds. In other words, he was a community organizer.

A thread which ties the story of God’s people together in the First Testament with its continuation in the Gospels and Paul is the command to love God and to “love your neighbor as yourself” (Lev 19:18; Mark 12:28-31; Romans 13:8-10). One way to imagine community organizing is as a practical approach for getting to know and loving our neighbors.

Examples of Community Organizing

The Organizing for Mission Cohort is a national network of pastors and leaders in the ELCA who are using the arts of community organizing in creative ways to develop and re-develop communities of faith by building relationships with people from diverse backgrounds who may be reluctant to go to a traditional church but who yearn for a connection with God and others and want to make a difference in their communities.

In the last 10 years, hunger has increased 40% in Missoula, Montana.  The Missoula Interfaith Collaborative Hunger Initiativeis building a network of 15 congregations to coordinate 15 food drives, producing 45,000 pounds of food. This network is also working together to raise community awareness about the root causes of hunger.  Lastly, organizing people who utilize the food bank and people in congregations, MIC will build an advocacy network in preparation for the 2015 Montana State Legislature.  The MIC Hunger Initiative is supported in part by ELCA World Hunger.

Transportation is a critical foundation to preventing hunger and food insecurity in Jefferson City, Missouri.  A lack of evening and weekend services creates major obstacles to people getting to work and to other important services, including community education programs. The congregations involved in Jefferson City Congregations Uniting want to help improve access to transportation for Jefferson City residents who are transit-dependent, especially those who are elderly, disabled or poor. By working with the City Council to create a task force of community stakeholders, including transit riders, they will help develop creative solutions to expand public transportation in Jefferson City.  This project is supported in part by ELCA World Hunger.
The ELCA World Hunger blog is edited by Ryan P. Cumming, program director for hunger education.  He can be reached at Ryan.Cumming@ELCA.org.

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La adoración ocupa el centro de todo lo que hacemos

Por Elizabeth A. Eaton, obispa presidente

​Dada la competencia, ¿es esta el ‘núcleo de nuestra semana, el espacio donde nos reagrupamos?​

Hay una compañía de bebidas cafeinadas con sede en Seattle que se toma muchas molestias para proporcionar un excelente servicio al cliente. Su campaña consiste en convertirse en el “Tercer Lugar” de todo el mundo. El “Primer Lugar” es el hogar, el “Segundo Lugar” es el trabajo y el “Tercer Lugar” es la cafetería local. Para retener a los clientes, la compañía emplea una meticulosa capacitación de sus trabajadores, una incansable investigación de mercado y una adaptabilidad creativa.

Los empleados practican el “plano de entrega”, en donde se les enseña a establecer un contacto ocular cuando entregan su café latte mocha vente al cliente. Lo hacen para que el cliente tenga una experiencia transformadora mientras sorbe de su taza de café. Y funciona. En una carta de agradecimiento al personal, una mujer escribió: “Ustedes son el núcleo de nuestra semana, el espacio donde nos reunimos”, dijo. Luego describió a una comunidad multigeneracional, multicultural y multisocioeconómica donde ella y su familia compartían un sentimiento de comodidad y pertenencia.

Esta es nuestra competencia.

Somos iglesia. En el centro de lo que hacemos se encuentra la adoración, y en el centro de nuestra adoración se encuentra el Cristo crucificado y resucitado. Todo lo demás que hacemos se forma, nutre, sostiene y transforma con nuestra vida como comunidad de fe reunida alrededor de la Palabra y los Sacramentos, comunidad que vive en el amor de Dios. Sin esta comunión intencionada y regular con Dios y entre nosotros, nos resultaría imposible comunicar un mensaje auténtico de esperanza a un mundo desolado, el mundo que Dios tanto ama.

Cuando nos reunimos para la adoración, escuchamos la promesa de Dios; confesamos nuestra impotencia; recibimos el perdón; oramos, y damos la bienvenida a nuevos hermanos y hermanas por medio del bautismo, prometiendo apoyarlos en su camino de fe. Recibimos el alimento del pan de vida y recibimos a nuestro Señor que se vuelca en nosotros. Y entonces se nos envía de vuelta al mundo. La adoración es esencial para la vida y servicio de la iglesia.

¿Pero, qué tanta atención ponemos en la preparación y ejecución de nuestra adoración en conjunto? ¿Es el “núcleo de nuestra semana, el espacio donde nos reunimos? ¿Esperamos tener una experiencia transformadora? El Tercer Mandamiento (Santificarás las fiestas) y la explicación de Martín Lutero (Debemos temer y amar a Dios para que no descuidemos su palabra y la predicación de ésta sino que la santifiquemos y la escuchemos con alegría y aprendamos de ella) nos recuerda que la adoración es fundamental en la vida de fe. La adoración no es solo otro punto más en la lista de programas y actividades de una congregación. Es su núcleo.

En ocasiones la adoración puede convertirse en una especie de habitación acogedora: todo se ha vuelto tan familiar que no notamos los muebles desgastados. ¿Qué pasaría si entráramos a la adoración como si fuera nuestra primera experiencia de la misma? ¿Qué pasaría si viéramos la congregación y la liturgia a través de los ojos de un invitado? ¿Está limpio el edificio? ¿Dónde se encuentra la verdadera puerta principal? ¿Hay alguien que nos salude y reciba? ¿Es claro y fácil de leer el boletín? ¿Dónde se encuentran la enfermería y los baños? ¿Son claras las instrucciones para la comunión?

¿Y qué dicen del servicio de adoración en sí? Somos una iglesia litúrgica. Hay una cierta humildad y bella comunión en no intentar reinventar el servicio cada vez que se practica, sino en unirse a las hermanas y hermanos de todo el mundo y de todos los siglos. Y por favor, por favor, no reescriban los credos. La iglesia necesitó un par de siglos para completar el Credo Niceno. ¿Qué nos hace pensar que podemos mejorarlo alterándolo en nuestra laptop?

Esto no tiene nada que ver con estilos musicales; existe una gran abundancia de himnos en Adoración Evangélica Luterana y en recursos relacionados. La música góspel y Bach, la música contemporánea y la del mundo son todas ellas formas poderosas de escuchar la palabra de Dios y cantar sus alabanzas. Es bueno que dominemos la música tradicional de nuestras comunidades y que probemos con las músicas de los demás.

La mayoría de nosotros debería acercarse a la adoración con la expectativa de salir cambiados. Estamos tocando, probando, sintiendo, oyendo y viendo a aquel que nos conoce y nos ama completamente. Nuestras vidas han sido restablecidas. Hemos sido liberados. Alimentados para la jornada, nos dan permiso para irnos en paz y servir al Señor. Gracias sean dadas a Dios.

“La mayoría de nosotros debería acercarse a la adoración con la expectativa de salir cambiados. Estamos tocando, probando, sintiendo, oyendo y viendo a aquel que nos conoce y nos ama completamente”.

Mensaje mensual de la obispa presidente de la Iglesia Evangélica Luterana en América. Su correo electrónico es:bishop@elca.org.

Este artículo apareció en un principio en la edición de mayo de 2015 de la revista en inglés The Lutheran. Reimpreso con permiso.

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Como aprendí a usar mi voz: presento mi posición para tener incidencia en la política migratoria en Washington

Por Alaide Vilchis Ibarra

Mi familia siempre ha bromeado sobre lo mucho que hablo. Hablo tanto que una vez, cuando era pequeña, mi tía me pagó un peso por cada minuto que no hablara. Creo que duré solo 5 minutos.  Ahora que ya no soy una niña tengo que recordarme de vez en cuando que el silencio puede valer más que mil palabras sin olvidarme que me ha costado mucho tener una voz en esta cultura. Por muchos años, después de mudarme a Estados Unidos cuando tenía 14 años, se me olvido que mi voz y mi historia contaban.

En Febrero, acompañé a líderes de la iglesia en un viaje a Guatemala, El Salvador y Honduras para entender un poco mejor las causas por las cuales miles de niños, niñas y familias están buscando refugio en Estados Unidos. Escuchamos las historias de gente que huye de diferentes tipos de violencia, afectados por la corrupción, buscando oportunidades que sus países no les otorgan y separándose de sus familias para poder sacarlas adelante. Oramos juntos por las personas de todos los países que emigran y yo oré en silencio por las personas que viven en estos países y se sienten derrotadas ante tantos problemas. En mi trabajo, haciendo incidencia política para que las leyes reconozcan la dignidad en los migrantes y las comunidades afectadas por la emigración, a veces también me siento derrotada.

En Centroamérica, conocimos a gente admirable que trabaja para mejorar su entorno, muchas veces sin el apoyo de su gobierno. Gente que usaba su voz y sus manos para apoyar a otros. Cuando enfrentamos un problema complicado, como las leyes migratorias o el trato a los migrantes, a veces se nos olvida que nuestra voz y nuestra historia cuentan. Empecé a entender el valor de mi voz cuando un grupo de defensores de migrantes me pidió que contara mi historia enfrente del congreso de Kansas, el estado donde vivía, para defender la ley que me había permitido asistir a la universidad.  Esto fue lo me trajo a la ELCA, donde trabajo intentado cambiar leyes que afectan a los países que visitamos, a los migrantes en tránsito y a los migrantes en Estados Unidos. Estoy aquí porque creo firmemente que todas las voces deben contar cuando hacemos leyes.

No quiero que las historias que escuchamos en Centroamérica o en las comunidades migrantes en Estados Unidos se olviden. Usted puede ayudarme a elevar nuestras voces e historias para que lleguen a las personas que crean leyes que afectan a miles de personas. Solo tiene que suscribirse a nuestra red de migración haciendo clic en este link. Siendo parte de nuestra red puede recibir alertas y noticias en español sobre nuestro trabajo. Nunca olvide, como yo lo hice, que su voz y su historia son muy importantes.

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Nepal Earthquake: Elim Kids Academy resumes classes

Megan Brandsrud

​Elim Kids Academy, a small Christian primary and secondary school in Kathmandu, was severely damaged in the April 25 and May 12 earthquakes that hit Nepal. Compound walls around the school collapsed and parts of the school need to be demolished and rebuilt. Despite the damage and the rebuilding necessary, classes have resumed now, a month after the earthquakes hit.

Wall of the senior building collapsed at Elim Kids Academy

Wall of senior building at Elim Kids Academy that collapsed due to the earthquakes. Credit: Elim Kids Academy

Rita Kabo, the principal of Elim Kids Academy, recently shared in a newsletter the experience of resuming classes and the future plans at Elim Kids Academy. Her reflection is below.

“As parents brought in their children to the school, there were fears and uncertainties in their faces and they reluctantly left their children. Teachers have been prepared to receive students, as they were given some post-earthquake trauma counseling and psychosocial counseling last week. Most of the students were happy to be back in school and meet with their friends and see their teachers.

We have an enormous responsibility to take care of these precious lives that the parents and guardians have entrusted to us. We need to rebuild the broken walls…and we have to purchase some indoor games and crafts for the students as we need to work to release them of their fears and use creative ways to bring them back to their normal self and routine. There is so much to be done and we cannot do it alone. Your prayers and contributions in all these will help us to cope with the challenges we have in hand and slowly and steadily work toward rebuilding the confidence of the children.”

Earthquake evacuation drill at Elim Kids Academy

As part of the school re-opening, an earthquake evacuation drill was held at Elim Kids Academy. Credit: Elim Kids Academy

As Lutheran Disaster Response continues to work with those who were affected by the Nepal earthquakes, please continue to hold these people in your prayers. As we move from the relief stage to the recovery stage, emotional and physical rebuilding is taking place. Your prayers make a difference. Your gifts make a difference. Please continue to support Lutheran Disaster Response’s work in Nepal by visiting the Nepal Area Earthquake giving page.

Elim Kids Academy is in part supported by an ELCA World Hunger grant that provides for teacher training opportunities and scholarships for students, many of whom come from Dalit backgrounds.

Follow Lutheran Disaster Response on Facebook and Twitter.

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Nepal Earthquake: Distributions continue as monsoon season begins

Megan Brandsrud

​Six weeks after the 7.8-magnitude earthquake that affected more than 8 million people hit Nepal, relief efforts are moving forward as fast as possible. The beginning of June marked the beginning of the monsoon season in Nepal, and the people affected by the earthquake who are short on food or without shelter are now more vulnerable to the potential landslides and torrential rains. Immediate needs are shelter, food, blankets, hygiene kits and psychosocial support. We are working with our partners to make sure these most pressing needs are being met.

Locals in Byasi Tole, come togehter to build a temporary shed for the people in Byasi Tole, who have lost their homes following the earthquake.

Locals in Byasi Tole, come togehter to build a temporary shed for the people in Byasi Tole, who have lost their homes following the earthquake.

Temporary shelters are being constructed before the rains begin. Credit: ACT Alliance

Response to Date:

Lutheran World Federation (LWF):

In coordination with The Lutheran World Federation and ACT Alliance, we have distributed ready-to-eat food, hygiene kits, blankets and tarps to 13,718 households in 27 towns and villages.

Lutheran World Relief (LWR):

Working with Lutheran World Relief and ACT Alliance, we have assisted more than 20,000 people affected by the earthquake by distributing food and shelter materials to 4,850 households. Food supplies consist of rice, sugar, lentils, oil and salt, and the packets provide enough food to feed a family of five for 15 days.

Psychosocial support has also been provided to 1,173 people across four districts.

United Mission to Nepal (UMN):

United Mission to Nepal has nearly achieved 100 percent of its targeted distributions in 7 Village Development Committees in Dhading district. Distributions have consisted of emergency food, kitchen utensils, tarps and blankets.

United Mission to Nepal’s Health Team has also completed community-based health trainings on acute malnutrition with health workers in three Village Development Committees in Dhading.

In response to the monsoon season, UMN is exploring possibilities to help plant seeds for rice and vegetables before the rains start.

Nepal’s mountainous terrain remains an obstacle that is slowing down distribution efforts. Helicopters are being used to transport supplies to villages that have been cut-off from road access due to damage or landslides, and even elite climbers are going out to deliver supplies to areas that are only accessible by foot.

Currently, Lutheran Disaster Response is working with our three trusted partners in the area to assist with immediate needs. We know that this response will last much longer than this initial relief process, and we will continue to stay in Nepal to assist with the long-term rebuilding and rehabilitation needs.

Please continue to hold the people who were affected by the earthquake in your prayers, and continue to support Lutheran Disaster Response’s work in Nepal by visiting the Nepal Area Earthquake giving page.

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